Semana de Acción Mundial por la Educación
Las escuelas y colegios representan los segundos hogares y son el reflejo de las personalidades y conductas que tiene cada alumno/a.
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Desde hace 22 años, en el 2001, la última semana de abril está destinada a trabajar por el derecho de la educación.
La iniciativa que proviene de la Campaña Mundial por la Educación tiene por objetivo garantizarles a los infantes un mejor futuro, pero la realidad es que no todos disfrutan de este derecho humano.
UNICEF estima que superan los 260 millones los niños y adolescentes en el mundo que no tienen acceso a la formación en un centro educativo.
Es por ello que, desde este espacio elevamos nuestra voz para que como sociedad logremos los cambios necesarios que hagan posible que todos puedan tener acceso a la educación.
Para muestra basta hacer mención en nuestro país de las dificultades por las que atraviesan los padres y madres de niños y adolescentes con condición de autismo para poder acceder a centros y personal especializados para su formación y desarrollo.
La primera y esencial educación debe iniciarse en el hogar, transmitiendo valores y principios para que puedan expresar sentimientos, regular emociones, asumir responsabilidades según su edad, que les permitan un sano desarrollo, donde se sientan aceptados, queridos, cuidados y protegidos.
Las escuelas y colegios representan los segundos hogares y son el reflejo de las personalidades y conductas que tiene cada alumno/a, en donde deben brindarles una educación integral, en la que se desenvuelvan en espacios de sana convivencia, a través de los valores de respeto, empatía, solidaridad.
Para ello, han de ofrecerle junto a las asignaturas tradicionales las de disciplina positiva, manejo de conflictos y comunicación asertiva, entre otras, y sobretodo que, los docentes prediquen al igual que los progenitores con su mejor ejemplo.
Recuerdo en una charla a un estudiante expresar “La profe no puede exigirnos que respetemos cuando ella es la primera que nos tira el borrador o nos hala las orejas cuando hacemos algo que no le gusta”.
Y es que, ambas acciones constituyen violencia y tenemos que saber que los conflictos pueden dirimirse pacíficamente, en razón de que, los niños y adolescentes aprenden más con el ejemplo que con las palabras.
En ese sentido, propicia es la ocasión para deplorar muchos casos que se dan de bullying, peleas e inadecuados comportamientos sexuales, dados a conocer por las redes sociales por la falta de supervisión del personal calificado en manejo positivo de los conflictos, que sí pueden beneficiar en la construcción de relaciones armónicas.
Educar es una acción de entrega con amor y tanto el hogar como las escuelas deberían ser siempre espacios de paz que generen felicidad.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur