El enfoque del bienestar en los espacios
Por Solange Fernández
Mi lápiz verde
Cuando entramos a un espacio lo primero que buscamos, inconscientemente, son experiencias, sin importar qué tipo de ambiente haya. Las vivencias le aportan sentido a nuestro día a día.
Al conectar con un espacio nos encontramos con elementos que activan los sentidos y muchos nos llevan a unir emociones que alguna vez nos «movieron el piso».
Hay parámetros que se consideran importantes para provocar ciertos estímulos en los espacios y no siempre depende del diseño arquitectónico que lo defina y envuelve, sino más bien de los componentes internos que jueguen a favor de la sensación de bienestar.
Los materiales, colores, formas, olores, la integración externa y las texturas tienen la capacidad de acogernos y definir las experiencias.
Sin embargo, no todos los espacios que garantizan confort son saludables, aunque sus factores vayan a favor de la salud medioambiental y por ende la nuestra.
¿Alguna vez te has preguntado qué componente está detrás del sofá en el cual hoy te sientas? Más allá de la tela, de una madera… ¿Has evaluado la calidad o el nivel de iluminación artificial al que te expones? ¿O la cantidad de iluminación natural que recibes? Los acabados en las paredes y el proceso para llevarlo allí, ya sea como un papel, una pintura o una moldura.
Muchas de nuestras alergias y lesiones respiratorias, dermatológicas y oculares son producidas por el entorno en el que nos desenvolvemos, y es importante saber esto, porque nos pasamos el 90% del tiempo en espacios cerrados.
Para lograr la sostenibilidad de un espacio, los impulsores de herramientas y productos en el mercado deben creer en las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las necesidades futuras.
Deben colocarlas al alcance del usuario, aunque detrás existen factores económicos que propiamente influyen en la disponibilidad y variedad de esos artículos o productos, por lo que deberá ir poco a poco emigrando a la disposición de una sociedad que urge de recursos con ciclos de vida eficiente y con valor de manejo medioambiental. Esto fomentaría, no solo la competencia de la salud integral y la búsqueda de la mejora constante, sino que dejaría atrás la competencia meramente estética, acoplándose a un mundo post pandemia y comprometido con una agenda de desarrollo sostenible.
Perfil
Arq. Solange Fernández / MPS – Sustainable Interior Environments / LEED Green Associate