Alcaraz desafía a la historia: Gana Wimbledon 2023 a Novak
El español consiguió la victoria en cinco sets y repleto de alternativas, siendo capaz de dominar a Novak Djokovic y erigirse en campeón merecido.
Inolvidable y disruptivo. Así se puede definir el triunfo de Carlos Alcaraz en una memorable final de Wimbledon 2023, en la que fue capaz de imponerse a Novak Djokovic por un marcador final de 1-6 7-6 (6) 6-1 3-6 6-4, que le vale para dar un golpe sobre la mesa en la historia de este deporte.
Una cita con la historia memorable, un partido que se recordaría por siempre y uno de los instantes más decisivos para esclarecer el futuro reciente de nuestro deporte. Eso es lo que suponía esta final de Wimbledon 2023 y ha derivado en un espectáculo sublime repleto de alternativas, momentos que se antojaron completamente decisivos y una tarde que perdurará en la memoria colectiva de los aficionados al tenis. Novak Djovic comenzó apabullante, pero se topó con la férrea oposición de un Carlos Alcaraz con argumentos más que de sobra para asaltar la gloria de este deporte.
La tensión se podía cortar con un cuchillo, había expectativas de partido grande, pero todo se diluyó en el desconcierto y la preocupación cuando se comprobar que las sensaciones en el primer set de Alcaraz eran aún peores que las que tuvo en el tramo inicial del duelo que mantuvieron en París. Al resto era capaz de competir, pero no terminaba de hallar esa velocidad de bola necesaria para ir desbordando a un Novak enormemente centrado y que no fallaba ni una pelota. Estaba cómodo el serbio, era capaz de dominar y respondía con solvencia a los coletazos desordenados de un Carlitos superado por los nervios. Los errores se agolpaban, el saque no ayudaba al español y apenas pudo hacer un juego a partir del cual construir una remontada en su nivel de tenis que solo las leyendas en ciernes pueden lograr.
Alcaraz se sobrepuso a un inicio fatídico
Para cambiar de forma drástica una situación tan adversa, es preciso hacerlo de forma progresiva, construyendo desde cosas básicas para adquirir confianza. Carlitos arrancó su mejoría con el saque, metiendo más porcentajes de primeros, abriendo ángulos con el cortado en el lado del deuce y asumiendo más riesgos con su drive. Experimentó una cierta bajada de adrenalina Djokovic en el inicio de la segunda manga, lo que le costó entregar el servicio, pero Alcaraz aún no estaba preparado para liderar el marcador sin problemas y perdió rápidamente esa ventaja. A partir de ahí, se estableció un apasionante diálogo en el que los sacadores mandaron, escabulléndose de amagos de rebelión por parte de los restadores. El español no terminaba de hacer una inteligente selección de tiros, pero sus piernas y su tenis iban carburando.
No parecía buena idea llegar al tiebreak y Carlitos trató de evitarlo a toda costa, pero se topó con un inconmensurable Novak, que era consciente de la necesidad de abrir hueco en el marcador y que desplegaba todas sus virtudes en el contraataque. Llegó la muerte súbita, esa lid en la que Djokovic era imbatible en los últimos tiempos y donde sus intangibles de auténtico campeón relucen con un fulgor más notorio. Alcaraz era consciente de que tenía que sobrevivir y de que había hecho méritos suficientes con su tenis para equilibrar el marcador. Adquirió ventaja el serbio, situándose con un prometedor 3-0, pero lo equilibró Carlos. Con 5-4 a su favor, Novak recibió un warning y se desencadenó una espiral de emociones incontenibles que atenazaron el brazo del balcánico. Dos errores no forzados incomprensibles y un resto ganador espectacular del murciano, equilibraron el marcador.
Síntomas inequívocos de cansancio muscular por parte de Djokovic, marcaron el arranque del tercer parcial, en el que Carlitos comenzó con un nivel de tenis esplendoroso. Ya era el Carlos de siempre; ése que golpea a la pelota de forma inmisericorde, que camina hacia delante en la pista sin rubor y que cierra jugadas en la red. Cosechó el premio a su buen hacer con un break en el tramo inicial, hasta que se llegó a un quinto juego que se recordará siempre. 26 minutos de duración tuvo un juego que duró prácticamente lo mismo que la primera manga y en el que fue el murciano quien terminó llevándose el gato al agua. Djokovic había echado el resto por agarrarse al encuentro, y al ver que no fue capaz de ganar ese juego, se dejó ir por completo.
Carlos terminó con 66 golpes ganadores y 45 errores no forzados
Todo eran señales positivas para el español al inicio de la cuarta manga; Djokovic parecía cansado y la confianza de Carlitos estaba por las nubes. Los pronósticos eran aún más halagüeños con un más que prometedor 15-40 en el primer turno de saque de su rival, pero el de Belgrado emergió como solo él sabe hacerlo. Recondujo a tiempo la situación, volvió a activarse de piernas, recuperó la capacidad de desbordar con sus golpes y fue minando la segurdad de un Alcaraz que cedió su servicio en el quinto juego. Fue un varapalo tremendo del que no tuvo capacidad de recuperarse, viendo cómo el encuentro se encaminaba a un quinto parcial que prometía emociones fuertes y no parecía apto para cardíacos.
Los mejores momentos del partido se vivieron en un quinto set absolutamente memorable. Ambos jugadores mostraron su mejor versión en el inicio, teniendo una bola de rotura cada uno, que fue solventada con brillantez. Pero el español estaba decidido a meter una marcha más y en un memorable tercer juego, consumó la anhelada rotura con un punto final antológico. Que un chaval de 20 años lleve un break de ventaja en el quinto parcial de una final de Wimbledon, y ante uno de los mejores de la historia, suele ser más garantías de nervios difíciles de gestionar que de victoria sólida por su parte. Pero Carlos Alcaraz es especial. Se las arregló para mantener a raya a un Novak Djokovic incapaz de reconducir la situación. Wimbledon 2023 tiene un merecido campeón y la historia del tenis se ve sacudida por un genio que puede marcar una época en este deporte.
Fuente: Puntos de Break
Autor: Diego Jiménez Rubio