La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
No al acoso escolar
El escrito expone un caso alarmante de acoso escolar y violencia contra una estudiante, destacando la falta de intervención de las autoridades. La autora aboga por la paz y la educación en valores, instando a la acción y el respeto mutuo para construir un mundo más pacífico.
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Escuchar el desgarrador testimonio de un padre sacrificado para enviar sus hijas a una escuela y luego tener que observar a una de ellas en hospital con oxígeno, tras ser fuertemente agredida por un grupo de compañeros es un hecho indignante, preocupante y penoso.
En un video que se hizo viral en las redes sociales el fin de semana, muestra la adolescente en una camilla adolorida y su padre calificando de “selva” al Liceo Gregorio Luperón donde estudia la joven, la cual fue víctima de bullying o acoso escolar por un grupo de compañeros a los que define de “delincuentes”.
Cuando suceden estos hechos lamentables en ambientes escolares nos preguntamos ¿Dónde estaban los docentes, el director o la policía escolar que pudiera intervenir como autoridad para evitar este conmovedor hecho?
También nos preguntamos ¿dónde está el nivel de conciencia de los compañeros que prefieren grabar con un celular las peleas, antes de procurar una solución amigable al conflicto?
Como promotora de paz considero que ninguna agresión puede justificarse, ni mucho menos normalizarse.
Se necesita que el Ministerio de Educación realice una profunda investigación del caso e imponga las sanciones que correspondan a la población estudiantil y profesorado que no respetó ni aplicó el protocolo de convivencia armónica que debe imperar en las aulas y fuera de ellas.
Por años hemos insistido en que los centros educativos son los segundos hogares y la necesidad que desde la primera infancia el currículo escolar contenga la asignatura de manejos de conflictos, debido a que estos son parte del diario vivir y debemos enseñarles cómo solucionarlos sin llegar a la violencia.
Humanizar desde los primeros años en valores de respeto, empatía, solidaridad, tolerancia y amor contribuiría significativamente a construir relaciones con más armonía y menos malos tratos.
Vivimos en un mundo convulsionado por la violencia, de guerras, y la única manera efectiva de contrarrestar es a través de acciones de paz, reforzando la afectividad, el derecho una vida libre de todo tipo de violencia y abogando por el diálogo y respeto a las diferencias, que permiten la unión de los grupos de estudiantes.
Los centros educativos han de ser espacios de paz, armonía, integración y no de inseguridad y violencia.
Padres, madres, tutores, docentes, estudiantes, todos y todas, debemos de asumir el compromiso de gestionar nuestras emociones adecuadamente.
Recordemos que la violencia destruye todo tipo de relaciones mientras las acciones de paz construyen, unen y fortalecen.
Si tratáramos a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros viviríamos en un mundo con menos malos tratos y mucha paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur