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Acciones para la no violencia contra la mujer
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
En ocasión de conmemorar el pasado sábado el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer, se impone renovar el compromiso de defender el sagrado y constitucional derecho a disfrutar de una vida libre de malos tratos.
Este significativo día, en que se honra la memoria de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, encontró al país en una alarmante realidad: el asesinato en lo que va de año de 171 mujeres, 85 de ellas por sus parejas o ex parejas, dejando en orfandad a un incalculable número de huérfanos y 55,140 denuncias de violencia intrafamiliar, de género y sexual al ministerio público, sin calcular el sub registro de los casos que no llegan a las autoridades.
Sabemos que la problemática es muy compleja y multicausal, pero creemos que, si educamos para cambiar la forma de pensar, entonces será posible cambiar la forma de accionar para lograr la transformación cultural necesaria, con miras a desaprender creencias, actitudes y comportamiento que perpetúan la violencia contra las mujeres.
En ese sentido, deberíamos abocarnos como sociedad a una cruzada nacional para convertir la desigualdad en igualdad y la violencia en convivencia.
Se requiere educar en igualdad de derechos a niños y niñas y desconstruir los modelos culturales que nos asignan roles diferentes, creando desigualdad de poder y generando que, aún en pleno siglo XXI, muchos hombres creen que su pareja es una propiedad y no un sujeto con iguales derechos que ellos de tener una vida libre de violencia.
Lamentablemente, el hecho de que una mujer se niegue a seguir en una relación violenta se ha convertido en una sentencia de muerte.
Hay que concienciar sobre una masculinidad positiva, enseñar que ser hombre no significa ser violento, que la violencia es una conducta que destruye las relaciones y que sí queremos fomentar familias más fuertes debemos practicar hábitos de cultura de paz, basados en la educación de valores.
Debemos enseñar en todos los ámbitos que la ira es una emoción que podemos y tenemos la capacidad de controlar, para evitar que culmine en violencia, cuya única intención final es dominar.
Entender que la violencia es un delito, que no tiene justificación alguna y que se requiere además cambiar el contenido del sistema educativo, a través de la enseñanza desde la primera infancia de asignaturas de igualdad de género y resolución de conflictos, las cuales generan una cultura de paz.
Imprescindible es que el gobierno destine recursos económicos para campañas preventivas eficaces y sistemáticas, no temporales y dé continuación a la formación en género de jueces, policías y fiscales para que presten atención a las víctimas oportunas y eficaces, para que no sigan convirtiéndose en un número más de las estadísticas de feminicidio.
Desde todos los espacios en que nos desarrollemos podemos ser agentes de cambio para que prevalezca la convivencia pacífica.
La autora es la Presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia