Antes madre que mujer
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Cuando somos solteros somos libres de actuar y de pensar, claro está todo con sus límites, nada nos ata.
Cuando pasamos de la etapa de la niñez y la adolescencia viene la etapa de la adultez, que es en donde la mayoría de las personas piensan en un compromiso de matrimonio o unión.
Tras ese paso, lo más natural es que vengan los preciados hijos, fruto de un padre y una madre que responsablemente así lo han decidido.
Vienen con los hijos los llamados deberes, que es a lo que está llamado tanto el hombre como la mujer a seguir en primer lugar, y este son los hijos.
La unión de algunas parejas por cuestiones de la vida no dura, en su batallar encuentran que la separación es el mejor camino, olvidando en su pelea lo más preciado, los hijos.
Ya separada la pareja queda el más conveniente con la custodia de los hijos, que se entiende se eligió así porque era la persona que cumplía con todos los requisitos para que ese hijo o hija estuviera amparado, protegido, amado y con sus necesidades básicas cubiertas.
Siempre he dicho que hay un mal que acarrea a muchas personas, y que es el peor de los consejeros: La soledad.
En la soledad por el hecho de muchas mujeres o hombres rápidamente querer cubrir el espacio vacío que ha dejado esa anterior pareja, se tiende a elegir a lo primero que se aparezca en el camino, ya sea que habló la verdad o la mentira, que sedujo, que prometió, el asunto es que se decide irse por ahí.
Ya en ese camino, y habiendo tomado esa decisión se mezclan esos niños de anterior pareja, con esa persona que se entiende cumple con los requisitos, tal vez sin haber analizado a profundidad quien es, ni el perfil de esa persona.
Cabe destacar que un hombre o una mujer en custodia de sus hijos ya no depende de ella, se debe a sus hijos, y su principal compromiso es para con ellos.
Algunas por darle preferencia al placer de la carne, a su súper yo, olvidan que tal vez han elegido mal, y que están poniendo en riesgo tanto a su persona como al bien más preciado: Sus hijos.
No se entiende en muchos casos como es que en pleno siglo XXI una mujer tiende a elegir mal, tiempos en donde la información desborda, en donde la mujer es más despierta y segura de lo que quiere, que es más independiente económicamente y que escucha tantas historias.
Pienso y Luego Escribo: No hay leyes escritas, pero escrito debe estar que lo primero a lo que la mujer o hombre se debe es a sus hijos.