La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Autismo desde adentro: Por una República Dominicana más abierta e inclusiva
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Escribo
Por ser madre de Fernando Gabriel, niño diagnosticado con TEA, que es Trastorno del Espectro Autista, y esposa del periodista Fernando Quiroz me ha tocado hablar mucho del tema, porque es parte inherente a nuestra familia.
Mi esposo Fernando Quiroz es el coordinador de la mesa del diálogo por el autismo que coordina el Congreso de la República, y que es iniciativa de los senadores Franklin Rodríguez, y Dionis Sánchez por la Provincia de Pedernales.
Todos le han dado mucho calor al proyecto que ahora es una realidad, la Ley 34-23, que fue promulgada por el presidente Luis Abinader, y que entrará en vigencia en 120 días. Consta de 54 artículos.
Cuando hablamos de autismo y más conociéndolo desde dentro, nos damos cuenta de que aunque pasó mucho tiempo para que propuestas se hicieran realidad, se hace imperiosa una sociedad más inclusiva y abierta al tema.
En el mundo y según la Organización Mundial para la Salud (OMS) uno de cada 100 niños nace con la condición de autismo.
En estos tiempos cuando es un trastorno que ya tiene varios años de descubierto, para muchas personas es más que desconocido, y solo pueden verlo reflejado en un comportamiento diferente en los niños, adolescentes y adultos.
El autismo impacta tres grandes áreas de la vida de un niño, la parte del lenguaje, la sociabilización y la conducta cuando se hace repetitiva. Va de leve a severo, y es una condición de por vida.
En nuestro país para comenzar a entender este trastorno, lo primero es informar qué es el autismo, cuáles son sus manifestaciones, y a los padres informar a los demás sobre la condición del niño para que tengan con él un considerado.
Generalmente y dependiendo del grado se frustran si tienen que esperar, la acústica, y los lugares muy concurridos no son de su agrado.
Es por esto que esta Ley 34-23, contempla aparte del diagnóstico, inclusión y protección, dotarlos de espacios recreativos, formativos, y laborales, donde sean tratados con los mismos derechos que uno típico.
La terapia en el autismo es básica, de ella depende el manejo de la frustración que les causa en algunos casos el no poder comunicarse, y necesaria para poder subir de fases.
Por lo que necesitamos la construcción de más centros donde las terapias sean impartidas a bajo costo, y existan más cupos para admitir a más niños y niñas y sean más más aptos para el día a día, esos que pueden ser los grandes genios del futuro.
Pienso y escribo: Una golondrina no hace verano, pero el esfuerzo de muchos con Fe surte efecto, felicidades a mi esposo Fernando Quiroz por trabajar tanto en este proyecto que hoy es una realidad, la Ley 34-23, que es para toda la familia.