Barack Obama y “Ella no es tuya”
Yanira Fondeur
Promoviendo de la Paz
Las acciones que ejercen un líder o lideresa, ya sea político, musical u de otra área, han de procurar ser positivas, constructivas y que transciendan en la colectividad, en razón de que son personalidades que influyen en la vida de los demás.
Amables lectores, mi artículo de hoy lo dedicaré a la repercusión que ha tenido la preferencia de canciones que para este verano escogió el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
El líder estadounidense, considerado por los millennials entre los diez más inspiradores, eligió en dicho listado el remix “Ella no es tuya”, del exponente urbano Rochy RD, el puertorriqueño Myke Towers y la argentina Nicki Nicole, causando un gran impacto en las redes sociales.
Ocurre muchas veces que nos dejamos llevar por el ritmo contagioso de una canción sin antes analizar las letras, siendo lo aconsejable que como adultos antes de proclamar públicamente nuestra preferencia analicemos su contenido.
La citada canción fomenta discriminación hacia la mujer, reproduce estereotipos femeninos que la denigran, insinuando que es una inestable emocional, interesada y materialista, al tiempo en que resalta la superioridad económica del hombre en la relación.
Lean ustedes la cuarta, quinta y sexta estrofa de “Ella no es tuya” y saquen sus propias conclusiones:
“Nunca piense ni que es tuya, porque es parte del juego
Ella es un come y vete, mi amor, nos vemos luego
Yo en mujeres no confío, a ninguna le ruego
Te está haciendo lucir mal, manito, yo que tú ruedo
Compa, yo sé que a vece uno pila te monta
Pero con lo que tú le suelta, no le da pa’ irse de compra
Ella busca a alguien que la auspicie
A mí no hay cuero que me asfixie
En el fondo, no son como la superficie
Te advertí que si la iba a postear, que no la tagueara
Yo tenía sospecha, pero no sabía que era tan mala
Ahora tiene una mejor amiga nueva, una tal Tamara
Cuando ignoran tus llamadas, se ríen a carcajada”.
Es muy lamentable que, en pleno siglo XXI exponentes musicales y líderes políticos con gran impacto en el público mundial continúen justificando el menosprecio hacia la población femenina, expresando que no merecen confianza, que sólo les interesa lo material y que terminan burlándose de sus proveedores.
De ahí resulta la discriminación hacia las mujeres y para evitarla todas y todos debemos estar contestes que la orientación y la transformación cultural es determinante.
Como promotora de la cultura de la paz en las familias y la sociedad, he abogado coherentemente en que la autoridad competente cuestione las letras de las canciones populares, aquellas que influyen en las conductas de quienes más las escuchan, que son los niños, niñas y adolescentes.
Soy de opinión que si queremos sociedades más justa, desde cada espacio de vida, ya sean estos políticos o artísticos como en el caso particular de que hablamos, los líderes deben velar por no formar parte de la discriminación dirigida hacia la mujer.
Por el contrario, creo que los líderes deben orientar, motivar y animar a través de sus acciones a fomentar relaciones sanas e igualitarias en la que prevalezca el respeto y la paz, lo cual no ha sucedido con la referida canción escogida por el expresidente de los Estados Unidos.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur