Brasil, epicentro de la historia (3 de 6)
Manuel Díaz Aponte
Bolsonaro: Presidente de Brasil, ¿…y ahora qué?
¿Sabrá bailar samba Jair Bolsonaro?, como todo brasileño seguro que sí, o por lo menos se tongonea. Sus mayores retos en la política serán conducir un país complejo, diverso y contestatario.
En los dos discursos de juramentación, el primero ante los miembros del Congreso y el segundo en el Palacio de Planalto, abogó por la unidad y advirtió que “los intereses brasileños estarán en primer lugar”.
Tomó posesión bajo extremas medidas de seguridad, utilizando un chaleco antibalas cuando se desplazaba junto a su esposa en el tradicional coche Rolls Royce descapotable por las anchas avenidas de Brasilia.
El tránsito del modelo democrático-liberal impulsado por los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) hacia un régimen de extrema derecha que incentiva la visión militarista desde el Estado, es una gran prueba para la sociedad brasileña del siglo 21.
Bolsonaro ya tuvo el anticipo de Michel Temer y la derecha de su país que propiciaron el golpe parlamentario y destitución de Dilma Rousseff en 2016.
Su triunfo termina con el predominio de 22 años del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) y del PT, cuyos mandatos colocaron a Brasil en los esquemas políticos globales e integración regional.
A la investidura de Bolsonaro no asistieron los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) ni Dilma Rousseff (2011-2016). Pero sí estuvieron los ex mandatarios José Sarney (1985-1990) y Fernando Collor de Mello (1990-1992).
Y llegó el día, inaugurando el 2019 Brasil ya tiene un nuevo presidente que genera controversia y que promete manos duras a la corrupción y delincuencia.
Bolsonaro fue elegido el 28 de octubre en segunda vuelta por 58 millones de brasileños (el 55%) y llega al poder con un 75% de aprobación de sus medidas, según una encuesta del Instituto Ibope de Brasil.
Sufrió un atentado con cuchillo en septiembre ya en la recta final de la campaña electoral en un mitin en la ciudad de Juiz de Fora, estado de Minas Gerais, sureste brasileño.
Dispositivo de Seguridad
La toma de posesión de Jair Bolsonaro ha estado rodeada de una espesa nebulosa, interrogantes y temor ante un posible atentado, obligando a la fuerza de seguridad en Brasil a lanzar doce mil policías para garantizar la integridad de las delegaciones nacionales y extranjeras. El mayor esquema de seguridad en la juramentación presidencial en la historia brasileña, incluye misiles antiaéreos, vehículos blindados y otros miles de agentes infiltrados entre la multitud.
Brasilia, capital de la República Federativa de Brasil, fue virtualmente militarizada para que el nuevo gobernante efectuara el tradicional desfile de juramentación aplaudido por miles de sus partidarios concentrados allí.
Bolsonaro ha sido bautizado como el “Trump del Trópico” por sus actitudes y semejanzas discursivas y expresivas con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Es evidente que el pueblo brasileño rechaza que las nuevas autoridades prioricen sus vínculos internacionales hacia la potencia del norte, como lo demuestra una encuesta reciente del Instituto Datafolha.
Establece que el 66% de los brasileños rechaza que el presidente Jair Bolsonaro privilegie su política exterior hacia Estados Unidos, en cambio, favorecen que haya una apertura con los demás Estados de la comunidad internacional.
El 1 de enero de 2003 juró como Presidente Constitucional de la República Federativa de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, de 57 años y primer líder obrero en dirigir esa nación. Ahora, lo hace el ex capitán del ejército Jair Bolsonaro, de 63 años y quien ocupó una curul en la Cámara de Diputados durante casi una década.
Lula abrió las compuertas en los vínculos de Brasil con el resto del mundo, incluyendo países del ámbito socialista. Sin embargo, Bolsonaro prometió en su campaña electoral “librar” a su país del comunismo.
Los Ausentes
Y comenzó excluyendo de la ceremonia de su investidura a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel y de Nicaragua, Daniel Ortega. Una lectura clara de que las relaciones diplomáticas y políticas de Brasil con esos tres países latinoamericanos podrían verse afectadas.
El único líder presente en Brasilia proveniente del círculo que conformaban los hermanos Fidel y Raúl Castro, Lula y Hugo Chávez en la región, fue el presidente de Bolivia, Evo Morales.
También asistieron los presidentes de Chile, Sebastián Piñera; de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; de Perú, Martín Vizcarra, y Uruguay, Tabaré Vázquez.
Asimismo, los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu; de Hungría, Viktor Orbán y de Marruecos, Saadedine Othmani, así como los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza, y de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.
Tampoco asistió el presidente de Argentina, Mauricio Macri. Tradicionalmente han existido niveles de rivalidades entre los brasileños y argentinos, que se refleja tanto en el fútbol como en la política.
Nacionalismo y globalización
Dos de cada tres brasileños discrepan que Brasil debe dar preferencia a Estados Unidos en sus relaciones exteriores.
Según el sondeo, que escuchó la opinión de 2.077 personas, en 130 municipios de Brasil, los días 18 y 19 de diciembre pasado, el 66% declara discrepar de la idea de privilegiar a EEUU en detrimento de los demás países.
Estados Unidos es el segundo mayor socio comercial de Brasil, por detrás de China, si se incluye a la Unión Europea como bloque en el ranking, con el 12% de las exportaciones brasileñas y el 15,6% de las importaciones.
Tras su discurso, Bolsonaro recibió la felicitación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo considera un aliado estratégico en Latinoamérica.
El gobierno estadounidense fue representado por su secretario de Estado, Mike Pompeo.
Trump y Bolsonaro intercambiaron elogios a través de mensajes que difundieron en Twitter. Uno de los textos del mandatario estadounidense expresa que:”Felicidades al presidente Jair Bolsonaro, quien hizo un estupendo discurso inaugural. EE.UU. está contigo”.
De su lado, el gobernante brasileño respondió: “Señor presidente Trump, agradezco sus palabras de apoyo. Juntos, con la protección de Dios, traeremos más prosperidad y progreso para nuestros pueblos”.
El nuevo presidente brasileño ha optado por una presencia de militares para su Gabinete Ejecutivo: de sus 22 ministros, siete o bien son militares o alcanzaron formación en el Ejército de la primera potencia económica de América Latina.
Políticas Sociales Conservadoras
«Brasil por encima de todo y Dios por encima de todo», frase expuesta reiteradamente por Bolsonaro en su discurso de toma de posesión, delineando la visión ultraconservadora que adorna su personalidad.
Un 65% de los brasileños se sienten optimistas con respecto al gobierno encabezado por Bolsonaro y creen que su mandato será bueno o excelente, según la encuesta que realiza el Instituto de Investigación Datafolha cada inicio de gobierno.
El 17% de los entrevistados señaló que la presidencia del ex militar será regular, un 12% cree que la nueva administración será mala o pésima y un 6 % no quiso contestar. El porcentaje de optimismo, el más bajo para un primer mandato desde 1989, está 11 puntos por debajo de la primera presidencia de Lula Da Silva y ocho puntos menos que en la de Dilma Rousseff.
En sus palabras de toma de posesión, Bolsonaro anunció que se propone adoptar las siguientes medidas:
-Introducirá reformas estructurales para sanear las cuentas públicas de Brasil.
-Defiende una profunda reforma al régimen de jubilaciones y pensiones, actualmente deficitario y que, según economistas, puede entrar en colapso en los próximos años.
-Aplicará un ajuste fiscal con miras a sanear las cuentas del estado para estabilizar la economía e impulsar su crecimiento.
-«Necesitamos crear un círculo virtuoso en economía que genere confianza y estimule no sólo nuestro mercado sino también el comercio internacional con todos los países y sin amarras ideológicas», dijo Bolsonaro.
-Se propone incentivar la producción agropecuaria y brindarle un papel decisivo por ser una de las principales bases de exportación brasileña, y que al mismo tiempo contribuye a generar riqueza.
Una de las disposiciones más controversiales que aplicará el nuevo gobierno del presidente Bolsonaro es la reducción del tamaño del Estado y de sus gastos. También, privatizaciones en todas las áreas, incluidas la poderosa Petrobras.
En los próximos días se verán las consecuencias de estas medidas gubernamentales en Brasil.