Cambiemos los hábitos negativos
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Al finalizar el año la fecha es propicia para proponernos nuevas metas que, nos permitan mejorar la calidad de nuestra vida y de quienes nos rodean y gozar de la paz con la cual merecemos seguir desarrollándonos.
En ese sentido, cada quien debería reflexionar sobre cuáles hábitos negativos debemos desaprender o cambiar, porque los mismos nos dificultan relacionarnos en forma pacífica y armónica con los demás.
Bien sabemos que debemos preocuparnos menos y ocuparnos más en desaprender esas conductas, creencias o comportamientos que nos mantienen con ansiedad, malestar o incomodidad y en lugar de tomar la iniciativa, posponemos y aplazamos estas decisiones que de seguro serán provechosas para nuestras vidas.
Un decir popular expresa que los seres humanos llevamos una mochila cargada de experiencias positivas y negativas y que, para que no sea cada vez más pesada, debemos ir soltando ciertos hábitos que no nos aportan a mantener una buena calidad de vida. Es por ello que desde este espacio de promoción de paz haremos mención de algunos de ellos:
Vivir del pasado, en lugar de concentrarnos en el presente, nos impide estar atentos y aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentan.
Hablar menos y escuchar más, puede ser la solución para comprender mejor el criterio de los demás.
Entender que la felicidad debemos encontrarla primero en nuestro interior y no crear una dependencia de validación externa a que los demás tengan el deber de proporcionarnos el amor, la alegría esperada y el estímulo que necesitamos.
Cambiar el enfado por actitud positiva ante cualquier adversidad es una decisión de personas que gozan de inteligencia emocional.
Dejar de autocriticarte y estimularte más ayuda a desarrollar con más eficacia cualquier proyecto personal o profesional. Recordemos que la crítica constante no nos permite avanzar.
Rodearse de personas negativas no contribuye a sentir la tranquilidad y paz como merecemos. Acerquémonos a las entusiastas y emprendedoras.
Compararte con otras personas, en lugar de reconocer el ser humano único, especial y valioso que eres.
Aprender a decir NO, cuando se entienda que no corresponde con las convicciones personales o que realmente no es posible ejecutar algo, en lugar de tener una actitud complaciente siempre, generándote estrés y ansiedades innecesarias.
Tener siempre un plan B, en lugar de aferrarse a una sola opción, que puede verse impedida de realizar por múltiples razones.
Jamás conservar rencor, al contrario soltarlo, aligerando el peso de nuestras mochilas y entendiendo que cada experiencia negativa es un aprendizaje de la vida que nos ayuda a madurar y crecer como persona.
Ser natural en cualquier circunstancia y no con poses para que los demás se formen un criterio equivocado de lo que eres.
No crearse un apego absoluto al futuro, cuando bien sabemos que lo único seguro que tenemos es el hoy.
Un nuevo año siempre constituye un reto para ser mejores personas y una nueva oportunidad para desaprender esos hábitos tóxicos o negativos que nos impiden desarrollarnos como promotores de amor, gratitud y paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur