Cannes, visto desde la perspectiva Eurasia-céntrica y excluyente de Iberoamérica
El listado de ganadores, son cineastas de Francia, Bélgica, Polonia y Suecia y de contados países de Oriente Medio y Medio Oriente.
José Rafael Sosa
Tras los aplausos en la impecable ceremonia de clausura del Festival de Cannes 2022, montada en la Gran Sala Lumiere, el sentido de gusto por la justicia de los palmares de oro, se hace innegable. Pero quedan interrogantes en torno lo accesible o no que resulta el evento para las cinematografías emergentes, desde el punto de vista europeo, predominante en los veredictos, que sin dudas son justos, pero excluyentes.
El Festival de Cine de Cannes, que tiene como marco la Riviera Francesa, es el más renombrado, producto de su origen, desarrollo y sobre todo, su mercadeo.
¿Pero es Cannes realmente representativo de la cinematografía mundial?
¿Es representativo de las cinematográficas regionales y nacionales del mundo?
Tan solo diez países, de zonas muy definidas y recurrentes, ¿aparecen ganadores en sus listados dorados?
Los críticos y periodistas de cine, nos dejamos impresionar por todo el boato aterciopelado de rojo en esa alfombra para retratar trajes y joyas de intercambio, cuerpos hechos en quirófanos de primer nivel, sonrisas aprendidas y ententes planificadas con cuidado por el mercadeo de la alta industria del cine, a fin de que se presenten como casuales.
Poca gente sabe que en los mecanismos de acceso a Cannes existen criterios que, además de los estrictos requisitos de calidad, también originan directrices no escritas, tan sólo sugeridas y que tiene que ver con la asignación de determinadas maneras de hacer cine para determinados países y la formas de concretar los proyectos.
Cannes ha concluido y desde todos los rincones, corren ríos de información – sobre todo la digital por portales, redes sociales, videos- divulgando la lista de ganadores, las tomas centelleantes de la alfombra roja y sus modelos vivos cargados de egos, vanidad, y belleza ya natural o producto de los quirófanos.
Si se analiza la lista de los ganadores, desde la óptica de las nacionalidades que representan los ganadores, y no solo desde los premiados en sí mismos, se podrá ver que el círculo de ganadores lo conforman cineastas provenientes de zonas determinadas: Europa, con notable presencia de Francia, Bélgica, Polonia y Suecia (no toda Europa porque se excluyó a España y Portugal – ambos iberoamericanos-; Asia (y no toda Asia), con una notable opción por Corea del Sur y Japón y Medio Oriente, con privilegiados lugares para Irán, Pakistán. Es decir, tenemos un veredicto euro/asiático/céntrico.
En el histórico de las Palmas de Oro, (tomando como base las publicaciones de medios) se observa que el país que más las ha ganado es Estados Unidos con 13, seguido de Francia, 7; Italia: 5 y Japón: 5. Con 4 están: Reino Unido, Suecia y Dinamarca.
Los países que han ganado dos veces la Palma de Oro son: Suecia, Dinamarca, Bélgica, España, Austria, Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia, Turquía y los que han ganado una vez son: Tailandia, Nueva Zelanda, Irán, Grecia, China, Argelia, Corea del Sur y Brasil.
Las ganadoras valen
Pero no se puede llamar a engaño: las películas ganadoras sin duda que lo merecen, que tienen consistencia estética, técnica y son parte de una tendencia a un cine que no muera con las primeras semanas de exposición. Pero ¿son solo ellas premiables?
¿Nadie más en el mundo produce películas de calidad, si se hace cuenta aparte de los ganadores euroasiaticocéntricos?
Sin dudas Cannes es un espacio de buen cine, el que se hace para trascender, el que se realiza sin las prisas y urgencias del mercado, el que no se da seis semanas de rodaje.
Pero en muchos países y regiones se hace cine trascendente, en paralelo a lo que ocurre con los Premios Platino, en los cuales, solo llegan al final un grupo de países de cinematografías consagradas.
Acceso discriminante
Pero, el festival Cannes tiene caminos y rutas no expresas. No premia cine experimental latinoamericano, pero saluda las aventuras fílmicas de los Godard.
En la presente entrega 75 de los Oscars, Iberoamérica fue una de las grandes regiones ignoradas, con la sola excepción de una película de Costa Rica que logró presentar en la segunda sección en importancia (Una cierta Mirada) Domingo y la niebla (Ariel Escalante Meza), respecto de la cual habría que preguntarse si representa una cinematografía superior a la de México, Argentina o Chile, ausentes en las casillas del evento cinematográfico que se autodefine como el más trascendente del mundo.
Listado por nacionalidades
Nadie niega calidad a las películas y cineastas premiados. Y se debe decir más: los premios de Cannes 2022, son justos y válidos y han reconocido el buen cine.
El planteamiento es otro: hay mecanismos no expresos que dificultan que Cannes sea accesible a las cinematografías de regiones “no tradicionales” de las cuales se espera un tipo específico de cine para “caer bien” , fundamentado técnicamente con la cámara en mano y la manipulación de:
- La pobreza y su transformación en su proyección cuasi pornográfica.
- La violencia política o narcótica, como sinónimos del vivir en las zonas “sub-desarrolladas”
Si se agregan las nacionalidades al listado de ganadores, la perspectiva selectiva de sus ganadores de la Palma de Oro 2022, es clara la preferencia por nacionalidad de los jurados:
«Triangle of Sadness», de Rubén Östlund (Suecia)
– Gran Premio «ex aequo»: «Close», de Lukas Dhont (Bélgica) y «Stars at Noon», de Claire Denis (Francia)
– Premio a la Mejor Dirección: Park Chan-Wook (Corea) por «Decision to Leave»
– Premio al Mejor Guión: «Boy from Heaven», de Tarik Saleh (Suecia)
– Premio del Jurado ‘ex aequo’: «Le otto montagne», de Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, (Bélgica) y «Eo», de Jerzy Skolimowski (Polonia)
– Premio a Mejor Actriz: Zar Amir Ebrahimi (Irán) por «Holy Spider»
– Premio a Mejor Actor: Song Hang Ko por «Broker» (Corea del Sur)
– Premio Especial 75 aniversario: Jean-Pierre y Luc Dardenne por «Tori and Lokita» (Francia)
UNA CIERTA MIRADA
– Premio Una Cierta Mirada: «Les pires», dirigida por Lise Akoka y Romane Gueret (Suecia)
– Premio del Jurado: «Joyland» de Saim Sadiq (Pakistán)
– Mejor director: Alexandru Belc (Rumania) por «Metronom»
– Premio de interpretación: Vicky Krieps (Luxemburgo) en «Corsage» y Adam Bessa en «Harka» (Túnez)
– Mejor guión: «Mediterranean fever», de Maha Haj (Palestina)
– Premio Corazonada: «Rodeo» de Lola Quivoron (Francia).