¡Cesar Iván Feris, tu legado vive!

Tío César Iván, siempre me sorprendías con tu amplia sonrisa y saludo cariñoso, mega compuesto por dos besos uno en cada cachete, porque eras generoso en todo:  En tus recursos, en dar tus amplios conocimientos de todo tipo, porque caramba, ¡qué culto eras! Y generoso en dar tu tiempo!  Nos sorprendiste al irte escurridizo al encuentro con el Padre.

Conchole tío César, ¡cuánta falta nos harás!

Pero te quedarás perennemente en nuestros recuerdos.

Y tu ejemplo de vida ¡permanecerá!

Con razón Nonó tu prima querida (mami) te adoraba. Eran complíces en todo lo bueno: desde que te inauguraste como Rector en la Universidad Católica Santo Domingo, y en la Pastoral de la Salud que tanto ayudastes junto a la muy querida Sor Trini (Sor Trinidad Ayala) ayudando a tantos necesitados.

Qué no decir de tu paso por el campo de las Artes, la Arquitectura, la Historia, la Educación y la Diplomacia representándonos tan dignamente ante la Santa Sede.

En su maratónica hoja de vida vemos que se desempeñó como director de Patrimonio Monumental, también fue Director del Museo de las Casas Reales.

Su labor como crítico de arte e investigador prolífico incluye proyectos de restauración que evidenciaron su compromiso con la preservación del patrimonio arquitectónico. Un ejemplo es su participación activa en la conservación del palacete de Palavé, una mansión histórica del siglo XVI en Santo Domingo.

Además de su labor arquitectónica, tío César fue un valioso profesor universitario y diplomático, dejando un impacto significativo en la formación de nuevas generaciones de arquitectos y en la defensa del patrimonio cultural dominicano.

El espacio quedará corto para tanto poder decir de ti, cierro hablando de tu obra maestra, que construíste con tia Ingrid, tus hijos: Rosalía, Ricky y Cesar Iván extendido a tus adorables nietos.

Tío César, tu comunidad de siempre la Escuela de Dirigentes del Movimiento de Cursillos de Cristiandad tratará de seguir tus pasos como hiciste fermentando los ambientes donde te paseaste, un abrazo gigante que llegue al cielo, tu prima, Noni.