La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
«Cómo detectar cuando alguien te dice una mentira y tres formas de reaccionar»
Todos llevamos muy mal que nos mientan pero todos lo hemos echo o hacemos alguna vez. Nuestra experta en comunicación, Aurora Michavila, nos explica con su maravillosa didáctica cómo detectar una mentira, qué hay detrás de ellas y cómo reaccionar si queremos pararlas.
Que levante la mano quien no haya soltado alguna mentira para salir del paso alguna vez. Sí somos honestos, todos hemos pasado por ahí. Pero ay… cuando te mienten a ti. Qué poco te gusta, ¿verdad? Normal. Porque las fisuras de la confianza empiezan por muchas de esas mentiras aparentemente inocuas, que no hacen daño a nadie. Y es que una mentira puede hacer que nos cuestionemos el resto de verdades.
El problema es que no siempre son tan inofensivas. Por eso es importante aprender a detectarlas.
4 TIPOS DE MENTIRAS A LAS QUE ESTAR ATENTAS
Mentiras de negación. Tratarán de convencerte de que la persona no ha estado involucrada. Cuando somos peques somos expertos en estas.
Mentiras de fabricación. Ya sabes, cuando alguien se inventa los hechos a medida que los cuenta. Lo bueno para detectarlas es que es fácil que unas horas o días más tarde no recuerde todo lo que antes dijo. ¡Te pillé!
Mentiras de minimización. Una clásica distorsión de la realidad porque saben que te va a costar demostrar lo contrario. «No, si cuando llegué ya estaba roto».
Mentiras de omisión. Otro clásico. Cuando alguien omite partes importantes que ayudarían a esclarecer lo que ocurrió. La pregunta del millón es ¿y por qué lo omite?
¿QUÉ HACER CUANTO TE MIENTEN?
La primera es el SILENCIO INCÓMODO. Y tu misión es que sea muy incómodo. Por eso, cuando te suelten algo que sabes que no es verdad, aguanta unos segundos sin decir nada. 10, 15, 20… Que parezca que estás procesando la información. Y claro, mientras tú procesas el otro se cuestiona si ha colado o no lo que te ha dicho. Y con suerte rectifica.
La segunda es jugar la carta de la confianza. Dile algo tipo… «Yo confío en ti. Si tú me lo dices entiendo que es porque tú crees que eso es así. Pero si hay algo que consideras que no es exactamente como me lo acabas de decir, este es el momento para ser transparente. «Cuándo le dices a alguien que confías en él o ella, le estás poniendo la presión de no defraudarte.
Y por último, puedes probar también a repetir lo que te acaban de decir, pero más despacito. «O sea que lo que sucedido es que…» Porque a oídos del otro es como si le estuvieras dando la oportunidad de rectificar lo que se supone que tú has oído. Y lo más probable es que aproveche esa oportunidad para rectificar algo, porque se ha dado cuenta de que no te la va a colar.
9 RAZONES POR LAS QUE MENTIMOS
Si hay alguien que sabe mucho de mentiras ese es el psicólogo Paul Ekman, el padre del estudio sobre las microexpresiones y su significado. Y estas son 9 razones típicas, que ha detectado, por las que mentimos adultos y/o niños:
Para evitar ser castigados o penalizados. Y lo hacemos a menudo tanto si la fechoría cometida ha sido intencionada como un acto de mala suerte.
Para obtener una recompensa que de otro modo no sería fácil de obtener. Y un caso claro es cuando inflamos nuestro currículum en una entrevista de trabajo.
Para proteger a otra persona de ser castigada. Quizás esto lo ves menos a menudo, pero cuando hay mucha estima de por medio, ocurre. Ekman dice que incluso pasa a veces entre extraños. ¡Bendita humanidad!
Para protegerse de la amenaza de daño físico. Como cuando llama a tu puerta un desconocido y gritas para que te oiga «Sí cariño, ahora te lo llevo». Para que parezca que no estás sola en casa, cuando tú y yo sabemos que en ese momento está en casa el gato, la tortuga y tú.
Para ganarse la admiración de los demás. Y aquí encontrarás a gente que lo hace con discreción y simplemente mete salsa a la historia que está contando y otra gente que te cuela una personalidad completamente distinta a la real. Houston, esa persona tiene un problema.
Para salir de una situación social incómoda. Como cuando te quieres escaquear de ir a una cena o salir a tiempo de una conversación que se está descarrilando. Son todas esas excusas de última hora. Ya sabes.
Para evitar la vergüenza. Porque a veces no hay penalización por algo que has hecho, pero el sofoco no te lo quita nadie. Así que mientes. Mentimos.
Mantener la privacidad sin decirlo abiertamente. Porque hay veces que no queremos estar con según quien y nos resulta más fácil dar de nuevo una excusa.
Ejercer poder sobre otros controlando la información que tiene. El caso de Hitler sería el más evidente. Y es sin duda la motivación más peligrosa de las 9.
EJERCICIO PRACTICO
Cómo lo mejor para detectar algo en el otro es empezar por uno/a mismo/a te propongo el siguiente ejercicio doble. Primero detecta todas aquellas pequeñas o grandes mentiras que dices habitualmente. Hazte una lista. Y una vez la tengas, te invito a que pases 48h sin mentir. Bueno, si te cuesta que sean 24h.
Algo parecido a lo que hizo Jim Carrey en su película ‘Mentiroso Compulsivo’ (aunque lo suyo no fue un acto voluntario). A ver cómo resuelves de otra forma las situaciones a las que te enfrentes y qué aprendes de ti misma/o.
Telva