¿Cómo interpretar inversión de China en Haití?
Apostilla del Diplomático
José Cáceres Veloz
El anuncio hecho a inicio de mes de que el gobierno de la República Popular de China invertirá unos US$30,000 millones en la reconstrucción de Haití causó extrañeza a muchos.
Otros aseguran que no saben cómo interpretar esa acción de China Popular, con relación a la República Dominicana.
Para nadie es un secreto de que China Popular quiere abrirse hacia América Latina y ha encontrado en Haití el lugar ideal por las carencias estructurales, en todos los sentidos, que allí existen desde hace muchos años, aún más acentuados luego del fatídico terremoto de enero del año 2010.
Sin embargo, desde el punto de vista diplomático, también pudiera interpretarse como una “bofetada” a la República Dominicana, quien siempre se ha mantenido un poco distante de China Popular, en el campo diplomático, ya que tiene Relaciones Diplomáticas con la República de China Taiwan desde hace varias décadas.
Muchos han sugerido – en otros momentos- a gobiernos dominicanos a que rompan relaciones con Taiwan y les abran las puertas a China Popular, pero eso nunca ha pasado.
Lo que será el proyecto
El ambicioso proyecto de China en Hiatí implicaría un gran impacto económico, social y migratorio para esa nación.
Contempla la construcción de una central eléctrica de 600 megavatios para electrificar Puerto Príncipe, un nuevo ayuntamiento, mercados, miles de apartamentos y un ferrocarril que uniría la capital haitiana con el resto del país.
Esas obras crearían nuevas fuentes de empleos y podrían contribuir a reducir la migración de haitianos hacia la República Dominicana.
La prensa haitiana reseña que “desde ya, se ha comenzado a contactar a trabajadores, pues la meta es iniciar los trabajos en diciembre próximo” Para ultimar detalles del acuerdo una delegación china visitó Haití el 26 de julio.
El proyecto constaría de 5 partes: obras viales, de abastecimiento de agua y drenaje, ambientales, de comunicación y electricidad. Además se crearía una red de vigilancia electrónica, entre otros.
Las obras de infraestructuras se proyectan construir en unos 3 a 5 años.