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¿Cómo logró evadir la justicia un asesino en serie en el país?
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Como si fuera un guion de una película de terror, la prensa nos informa que, desde el año 1995, Nazario Mercedes burlaba a las autoridades, ni perseguido ni sancionado tras cometer el asesinato de cinco mujeres. Su apresamiento ha ocurrido con la reciente sexta víctima, cuando finalmente fue apresado justo en el momento en que intentaba enterrar el cuerpo.
El hecho ocurrió en Villa Altagracia y la víctima, Yésica Figuereo, a quien Mercedes en algún momento dijo amar, falleció a causa de los golpes infringidos con palos, arrebatándole así su derecho a vivir libre de violencia.
La confesión calmada de cada uno de los cinco asesinatos anteriores la hizo el imputado en un interrogatorio, indicando que los demás crímenes los cometió en diferentes puntos del país.
No cabe duda de que se trata de un asesino en serie, lo cual nos lleva a reflexionar sobre cómo pudo evadir a las autoridades durante 29 años.
Cabe preguntar ¿Dónde pudo refugiarse y quiénes sirvieron de cómplices para que no recibiera el peso de la ley como merece?, ¿Qué hicieron las familias de esas otras victimas para reclamar justicia sin poder obtenerla?,¿Cuántos huérfanos dejaron estas víctimas y si recibieron algún tipo de asistencia de las autoridades competentes?
Son interrogantes que surgen en medio de estos actos de barbarie, precisamente en noviembre, mes dedicado a la familia y en el que a nivel mundial se conmemora el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Este caso, que causa honda preocupación e indignación, envía un mensaje negativo a la sociedad, evidenciando fallas en el rol que debieron jugar las autoridades policiales y del ministerio público en cada caso, quienes tenían la responsabilidad de identificar, perseguir y sancionar a los responsables de todos los asesinatos ocurridos en el país.
Desde este espacio de promoción de paz, insistimos en que se necesitan más campañas y acciones para fomentar una masculinidad respetuosa, que comprenda que su pareja no le pertenece, que enseñe a reconocer y gestionar las emociones desde la primera infancia y que fomente la resiliencia a quienes hayan crecido en ambiente donde se normalizaron los malos tratos y la ira, sin desmedro de que las autoridades competentes persigan y sancionen con efectividad a los responsables de los malos tratos y los feminicidios.
Abogamos por el fomento de relaciones sanas, en las que la empatía, complicidad, comprensión y solidaridad sean el norte para sostener un proyecto de vida en común.
La ocasión es propicia en el mes de la familia para unirnos como sociedad y demandar el fortalecimiento de esa primera “empresa”, ese nicho de amor, donde debemos aprender y enseñar a ser mejores seres humanos cada día, a convivir en paz y respetando los derechos de los demás. ¡Vale la pena insistir!
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur