La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Cómo vivir en un mundo acechado por los haters
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
Algunas personas acuden a las redes sociales para sacar la peor parte de si mismos, no viven ni dejan vivir, ni mucho menos ven más allá de sus narices.
Como si el odio les embargara, solo viven pendientes al quehacer de los demás, para luego lanzar su daga para pretender afectar sus puntos de vista.
Y qué hablar de la empatía, si para nada lo son, solo apuestan a hacer un comentario que cree un ambiente donde la persona pudiese sentir vergüenza, y pueda llegar a tener problemas con su autoestima.
Como si nada gozan con ver el sufrimiento ajeno, y hacer pasar un mal momento a los demás, y tratar de ponerlo en evidencia.
Para mentes que están en plenitud es entendible que vivimos en un mundo donde es palos si bogas y palos si no bogas.
No hay nada que puedas hacer por el bien, para tratar de contentar al colectivo.
Personas amargadas y sin méritos abundan, seres que se creen dueños de las palabras o con el don de las mismas hay por doquier.
Son jueces y parte los denominados haters, que para quien compra esas ideas o se creen lo que simple letras quieren desmeritar, pudiesen pasar por un mal momento.
El uso de las redes sociales desde su creación debe de ser tomado con cautela, una vez encontré a alguien que me aconsejó que en las redes se encuentra de todo, y es cierto.
Gentes con criterio es lo que no abunda, porque cualquiera con faltas ortográficas de personalidad o no, puede recurrir a escribir un comentario por estar estas redes sociales tan a su alcance.
Y que decir del odio que habita en los haters, que solo buscan encontrar el flanco para atacar, son almas envenenadas que solo viven para procurar el mal, y para matar el tiempo.
Nada de lo que se dice es coincidencial, siempre se busca hacer daño, por esta razón y mentalmente debemos de tener nuestro filtro, para saber que consumimos y que no, para no caer en la tentación del peligro de contagio.
Sí, peligro de contagio, es el peor de todos los males, puesto que los espíritus bondadosos siempre encontrarán personas despiadadas que quieran alejarlo del camino.
Cuáles serían las recomendaciones para vivir en un mundo acechado por los haters:
Ignorar, ignorar y siempre ignorar: De nada nos sirve dar cabida a lo que no lo tiene, dar importancia a lo que no lo tiene, a lo que poco se le presta atención rápido se desvanece.
Ver más allá de la curva: No es andar más chivo de la cuenta, pero siempre estar pendientes a que quien critica lo hace con conocimiento de causa, por lo tanto si volvemos al paso I, esa será su mejor medicina.
Los demás critican es por lo que los otros tienen y proyectan: Aquí viene el tema de la envidia, tan mortal y peligrosa desde el principio de los tiempos, cuando los demás lo que buscan cuando desmeritan es ser igual o mejor que el otro.
Revestirse de paciencia: Claro, resulta difícil leer o escuchar cosas distorsionadas o contrarias a nuestro corazón, pero siempre será un mejor aliciente que reaccionar.
La risa remedio infalible: Cuando los demás ven que no consiguen el resultado al emitir comentarios que lo que buscan es hacer sentir mal, con burlarnos internamente de la pequeñez mental de los demás vamos ganando.
Enfoque: Es el principal objetivo de todos los que saben cuál es su misión en esta vida, siempre dirigidos hacia la meta nadie consigue distraernos.
Desviar: Siempre han dicho que cuando los demás piensan que vas al norte vas al sur, hay que saber jugar con la inteligencia y ponerla a nuestro servicio con el lenguaje figurado.
Nunca olvidar nuestra esencia: Nunca permitir por más que traten de que cambiemos nuestra benevolencia, nuestra buena forma de pensar, nuestra actuación. Solo así mandaremos el mensaje de que no se han salido con la suyas, que no han logrado cambiarnos.
No juntarse con cojos para al año cojear: Siempre he dicho que quien participa se hace parte del rebaño, hay que revestirse de una coraza que no permita que los demás pretendan dañar nuestros sentimientos.
Siempre van a decir: Con los haters no funciona el tratar de complacerlos, cuando la crítica, el rebajar a la mínima expresión a los demás, la falta de respeto es su norte, por esto tratar de bajarle la luna, complacerlos nunca dará resultado, hay que actuar sin temor a lo que vayan a decir.
Por esta y otras razones Pienso y Luego Escribo: Los haters no tienen corona, son súbditos de aquellos a quien ellos mismos importantizan.