Discurso anual del Estado de la Unión: Con Juan Guaidó como invitado, Trump afirmó: «La dictadura de Nicolás Maduro será destruida»
Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, brindó ayer su cuarto discurso anual del Estado de la Unión -el último antes de los comicios en los que busca su reelección- y celebró que el país «vive una recuperación económica increíble». En medio del juicio político al que fue sometido por abuso de poder y obstrucción al Congreso, y listo para la campaña electoral, el republicano apuntó a los números de su gestión y además ratificó su alianza con el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, quien estuvo en el recinto.
Invitado por la Casa Blanca, el presidente encargado celebró la decisión de Trump de usar su discurso para apuntar contra el gobierno del bolivariano Nicolás Maduro y se puso de pie luego de que el mandatario lo identificara como «el verdadero y legítimo presidente de Venezuela».
» La dictadura de [Nicolás] Maduro será destruida. Lleve a su país el mensaje de que Estados Unidos los apoya», dijo Trump a Guaidó, y todo el Congreso se puso de pie y lo aplaudió. Fue uno de los pocos temas que unificaron al hemiciclo y rompieron la grieta bipartidista. «El dominio de la tiranía de Maduro va a ser aplastado y roto», agregó el republicano, quien le dio una relevancia especial a la crisis venezolana al incluirla en medio de los temas nacionales y no al final de su discurso, cuando tradicionalmente los mandatarios se refieren a la política exterior.
Tras ello, Guaidó le agradeció el gesto en redes sociales y escribió: «¡Estamos unidos, Presidente @realDonaldTrump! Me llevo el compromiso y apoyo de los #EEUU hacia nuestra lucha para lograr la Libertad de #Venezuela. En nombre de millones de venezolanos que seguimos de pie y luchando: Gracias Pdte, Gracias pueblo de los #EEUU. #SOTU».
«Hacer a Estados Unidos grande de nuevo»
Este fue el último discurso del Estado de la Unión de su mandato, que comenzó en 2016, y luego de su primera victoria rotunda en las primarias, Trump habló en una atmósfera tensa pero favorable, en la víspera de su esperada absolución en el juicio político que realiza el Senado.
«Hace tres años iniciamos la gran recuperación de Estados Unidos. Esta noche, me presento ante ustedes para compartir los increíbles resultados», comenzó con estilo triunfalista. Después, dijo: «Nuestros ancestros construyeron la república más excepcional que haya existido en toda la historia humana. ¡Y la estamos haciendo más grande que nunca!».
El magnate enumeró los principales logros de su mandato, y destacó que el nivel de desempleo en el país «es el más bajo de los últimos 50 años» y el menor de la historia para la comunidad negra, hispana y asiática que vive allí. Además, definió a la agenda de su gobierno como «pro familia, pro trabajadores y pro crecimiento», y dijo que Estados Unidos «está recuperando la capacidad industrial» y que «3,5 millones de personas en edad de trabajar se han unido a la fuerza laboral».
Lejos de reconocer que la economía había comenzado a crecer durante el segundo mandato de Barack Obama, Trump calificó de «fracasadas» las políticas del gobierno anterior y adjudicó todas las cifras positivas a su administración. En línea con esto, destacó el nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá, y su guerra comercial con China. «Cumplí mi promesa», lanzó.
El discurso también incluyó acercamientos a circunscripciones clave en las que necesita ganar para mantenerse otros cuatro años en la Casa Blanca. Ofreció una conmovedora reunión entre un soldado destinado en el extranjero y su familia, defendió la libre elección de escuelas y apostó por prohibir los abortos tardíos para apelar a los evangélicos. «Todos debemos coincidir en que todas las vidas valen», dijo y puso como ejemplo a una mujer que tuvo un beba prematura de seis meses y que fue una de sus invitadas de la noche. A mitad de discurso hubo una ceremonia para entregar la Medalla Presidencial de la Libertad al locutor ultraconservador de radio Rush Limbaugh.
El mandatario le dedicó tiempo a los temas que más interesan a los estadounidenses: educación y salud. Defendió, entonces, la eliminación del sistema de salud universal aprobado por el gobierno anterior y prometió garantizar «mejores y más baratas opciones para todos». Asimismo pidió al Congreso su apoyo para prohibir que los inmigrantes que viven ilegalmente puedan recibir tratamiento gratuito y defendió «el derecho constitucional a rezar en las escuelas públicas» y la Segunda Enmienda de la Constitución que garantiza la compra y tenencia de armas.
Sumado a esto, calificó como «sin precedentes» su esfuerzo por reforzar la frontera sur y subrayó que los acuerdos que firmó con México, Honduras, El Salvador y Guatemala redujeron en un 70% las entradas ilegales desde mayo pasado. Esta fue una de las cuestiones que desencadenó uno de los momentos más tensos del discurso, que ocurrió cuando equiparó a los inmigrantes ilegales con inmigrantes que cometieron crímenes. Entonces, acusó a gobiernos locales opositores, como el de Nueva York o California, de refugiar a violadores y asesinos.
Al referirse a su agenda exterior, Trump defendió su llamado plan de paz para el conflicto israelí-palestino, y ratificó el ataque que ordenó para matar al comandante iraní Qassem Soleimani en Irak. «No es nuestra función ser fuerzas de seguridad de otras naciones», señaló, y adelantó, entonces, que buscará retirar todas las tropas de Afganistán.
Tensión
Atrás de Trump y al lado del vicepresidente Mike Pence estuvo sentada todo el tiempo la dirigente que encabezó el proceso en su contra: la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. La última vez que se reunieron para hablar fue en octubre pasado. El encuentro terminó con gritos y un portazo de la líder opositora y, desde entonces, no se hablan.
Esta vez, al inicio de la ceremonia, Pelosi extendió su mano para saludarlo y Trump la ignoró al tiempo que le dio una copia en papel de sus observaciones antes de empezar su discurso. Más tarde, al final de la noche, ella rompió con gesto teatral el texto mientras Trump salía de la cámara en medio de aplausos.
El discurso llegó en un repentino momento de bienestar para Trump. Tras un duro proceso de impeachment, hoy será absuelto con todo el respaldo del Partido Republicano. Además su campaña de reelección bate récords de financiamiento y sus opciones de victoria se mantienen estables en los sondeos.
Fuente: La Nación