Concierto de Juan Luis Guerra en Santa Cruz de Tenerife supera las expectativas de los organizadores, donde asistieron unas 400 mil personas
La actuación del cantante dominicano fue el mayor reclamo del Carnaval de Día, que colapsó por completo la ciudad. Las calles del centro se llenan con unas 400.000 personas, que disfrutaron de 18 horas de fiesta
La celebración del Carnaval de Día colapsó ayer por completo Santa Cruz de Tenerife. El reclamo de la actuación de Juan Luis Guerra reunió a muchísimos carnavaleros en el epicentro de la ciudad, que se vio desbordada a lo largo de todo el día. La afluencia de personas en este 9-M superó todas las expectativas previstas por los organizadores, que habían calculado que la capital recibiría a más de 350.000 personas. Casi a las 23:00 horas, el Ayuntamiento confirmaba que asistieron durante toda la jornada unas 400.000 personas, con lo que se superó el récord de asistencia a un acto del Carnaval chicharrero de las 240.000 personas que acompañaron a Celia Cruz en el año 1987, durante uno de los bailes más multitudinario que se recuerdan.
La llegada de turistas y canarios procedentes de otras islas se sumó a la afluencia masiva de tinerfeños que abarrotaron la ciudad. Miles de vehículos colapsaron las principales vías de acceso. Fueron muchos los que tuvieron que pasarse un largo tiempo en cola para poder acercarse en coche al Cuadrilátero carnavalero, olvidando utilizar el transporte público en unos de los días con mayor afluencia de personas en la ciudad o quizás fueron disuadidos por la huelga que mantienen los trabajadores del tranvía.
Lo cierto es que Santa Cruz estuvo ayer atestada de vehículos, que sus propietarios aparcaban en casi cualquier rincón de la ciudad. Incluso por primera vez algunos temerarios conductores estacionaron sus coches en la TF-4, la vía de penetración a la capital por el Sur, poniendo en peligro la circulación.
Y es que muchos carnavaleros no quería perderse una fiesta que arrancó a las 12:00 horas del Sábado de Piñata. En la conocida como calle La Noria poco después del mediodía las mascaritas disfrutaban de un buen almuerzo en las terrazas de la zona, mientras entre plato y plato se echaban un bailoteo.
Cualquier disfraz era bueno para salir a la calle y en el epicentro de la fiesta se mezclan aquellos más elaborados, en los que se nota que hay muchas horas de preparación con los amigos, junto a otros que a pesar de no tener ningún nada previsto no quisieron perderse la fiesta y con una peluca, un tutu y algún antifaz ya tenían la excusa perfecta para salir a disfrutar.
Una Barbie aun dentro de su caja, la Guardia Civil con su scanner del aeropuerto, repartidoras de G-lovas preparadas para llevar a domicilio cualquier necesidad carnavalera, un rebaño de ovejas con sus cencerros detrás de su pastor y hasta la mujer afgana protagonista de la famosa portada de la revista National Geographic se encontraron ayer por las calles de la ciudad. Una locura maravillosa en la que paseaban por Santa Cruz los personajes más dispares. Incluso fue posible montarse en los toros locos sin ni siquiera tener que ir a la feria. En plena plaza del Príncipe instalaron su atracción Michael y su compañero, que animaban a todos a subirse a sus toros. «Lo que más nos gusta es meter al resto de los carnavaleros en nuestro disfraz», explica. De esta manera, todo el que quisiera participar tenía la diversión asegurada y también un pequeño susto al perder el equilibrio.
Fuente: laopinion.es