La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Conductas micro machistas
Yanira Fondeur
Promoviendo la paz
Bien sabemos que para erradicar la violencia de género y fomentar la convivencia pacífica y respetuosa de los derechos en las familias y comunidades tenemos que construir relaciones igualitarias y educar en valores.
Es por ello que, amables lectores, dedicaré este artículo a crear conciencia de que existen actos, manifestaciones, gestos y maniobras de la vida cotidiana que pasan inadvertidos, se aceptan sin cuestionamientos, se inculca de una generación a otra, pero que en realidad constituyen expresiones conductuales de la violencia que ejerce el hombre hacia la mujer, las cuales son definidas como micro machismo.
El término micro machismo fue utilizado por vez primera por un terapeuta argentino de nombre Luis Bonino, quien lo definió como “pequeñas tiranías, violencia blanda, suave o de baja intensidad, tretas de dominación, machismo invisible o partícula micro que están en la socialización de hombres y mujeres y lo imperceptibles que resultan”.
El tema ha sido tratado en muchos países, en uno de los cuales, Uruguay, la Presidencia de la República, el Instituto Nacional de las Mujeres y la Red Uruguaya implementaron una campaña televisiva de mensajes que procuraron concienciar sobre acciones habituales que producen y consolidan la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes, las cuales me permito exponerlas, dado que en ellas además de mostrar el problema, nos invitan a la reflexión de cambio de conducta machista.
En un video, dos amigos conversan caminando y uno le pregunta al otro por su madre y este le contesta que cada vez está peor, pero que “de eso se están encargando mi hermana, por la afinidad que tienen y por qué las mujeres son más fuertes”. Interviene el hijo adolescente que les acompaña y le expresa “Pero papá, la abuela es la madres de los dos, entonces no entiendo porque solo tía debe cuidar de ella”.
En otro video un grupo de amigos comparten en un ambiente deportivo y uno le comunica al otro “tengo un material para pasarte en exclusivo” al tiempo que le muestra su celular y éste se lo enseña a los demás feliz y riéndose, es entonces cuando la hija adolescente se fija sobre la forma de actuar de su padre y le cuestiona ¿Papá que haces y si esa de la foto fuera yo? Y el papá baja el cabeza avergonzado.
En otra escena cotidiana se presenta una pareja con su hijo cenando y viendo la televisión. La mujer termina y va llevando los platos al fregadero para lavarlos y le pregunta al esposo ¿qué tal tu día en la oficina? y él le contesta bien y le pregunta ¿y tú en el trabajo? A lo que ella responde “cansada”. En ese momento interviene el hijo y le pregunta al padre ¿Papá por qué mamá es la única que trabaja en casa?
Estos mensajes describen la realidad cotidiana en que los integrantes de las familias y la sociedad se desenvuelven y son una muestra de micro machismos, conducta que debemos ir desterrando para elevar con justicia e igualdad los derechos fundamentales de que gozamos las mujeres y los hombres.
Arreglar la cama o cocinar no es un asunto sólo de las niñas, como jugar al futbol no sólo es una diversión de los varones. La educación en valores y con miras a prevenir la violencia debe iniciarse en el seno familiar desde temprana edad, descontinuando los estereotipos y socialización de género que limitan roles para los niños y niñas, creando desigualdades.
Promovamos la paz educando en igualdad de derecho, respeto, solidaridad y empatía, entre otros valores.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.