La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Conflictividad y violencia en colegios privados
Promoviendo la paz
Yanira Fondeur
Fomentar la empatía y el respeto es una de las tareas primordiales a la hora de prevenir los malos tratos, presentes en todas las clases sociales y en los distintos espacios de convivencia, siendo uno de ellos los centros educativos públicos y privados. Se trata de educar a niños, niñas y adolescentes con los propósitos que aprendan a ayudarse entre sí, comprendiendo los sentimientos y emociones de los demás, poniéndose en su lugar y aceptando sus diferencias.
A esta conclusión se llega en la interesante investigación del tema, titulado “Conflictividad y Violencia en centros educativos privados: Indagación sobre las actitudes y conductas de acoso en los actores del Proceso Educativo”, dado a conocer recientemente por el Centro Profesional de Psicólogos Unidos, al que pertenecen dos excelentes colaboradores de la Fundación Vida Sin Violencia, Luis Vergés y Marisol Guzmán Cerda.
El estudio, realizado a 511 estudiantes de diferentes edades y 100 docentes de colegios privados, determina que un 38.2% de estos admite haber acosado a través de abuso psicológico (como humillaciones, exclusiones, insultos, burlas, etc.) en el centro educativo y la gran mayoría de ellos la justifican porque a ellos también les pasó, otros alegaron que lo hicieron para evitar que se lo hagan a ellos y otros para que se les respete.
La situación se torna más crítica cuando el estudio revela que la mayoría de las víctimas no denunciaron ante ninguna autoridad las vejaciones de que fueron objetos y las que lo hicieron, constataron un aumento del acoso recibido, reconociendo no sentirse respaldadas por las autoridades del centro donde estudian, circunstancia que genera el círculo de la violencia.
Un detalle importante a resaltar de la investigación es que cuando los estudiantes víctimas de acoso escolar se decidieron informar de los hechos se dirigieron más a profesores que a sus padres o madres.
El hogar como primera escuela debe ser considerado fuente de comunicación de calidad y enseñanza, con ejemplo de educación en valores. Sólo así estaremos formando hombres y mujeres que accionen con un justo y correcto comportamiento ante los conflictos que se les presenten en su diario vivir.
Todo esfuerzo que se desarrolle desde el Estado o la sociedad civil para el fomento de la cultura de la paz debe ser apoyado por la sociedad en conjunto, y una forma de esto lo constituye la investigación a que hemos hecho referencia, razón por lo que externamos nuevamente nuestras felicitaciones a sus autores, esperando que las objetivas recomendaciones puedan ser aplicadas por los expertos en las conductas, además de multiplicarse e incentivar a nuevos estudios que permitan entender la complejidad de la problemática social con miras a gozar de una convivencia más plena y feliz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.