Conocer a los demás

Pienso y Luego Escribo

Iranna Flaviá Luciano

Uno de los principales errores en los que puede incurrir una persona es en hacer uso de la palabra para hablar de alguien que no conoce.

Conocer a los demás es un principio básico y fundamental para tener una idea más o menos cercana de quien es el otro.

Pero, cómo podemos conocer a los demás? Aunque no es una tarea bastante fácil por eso de que caras vemos corazones no sabemos, el tiempo es un factor fundamental que nos habla claramente de eso.

Sí, el tiempo, el mismo que evidencia quien tiene la razón o no, el que le sirve de espejo a aquellos que les gusta acariciar la realidad.

Muchos dicen que nunca se llega a conocer a los demás plenamente y nada es más cierto.

El ser humano en su constante evolución y madurez va cambiando de físico y de parecer.

Más en una cosa no cambia, y es en sus sentimientos, sí, en su corazón, aquel que tiene buenos sentimientos y buenas intenciones para los demás este valor le acompañará de por vida.

Hay que ser más que sicólogos y tener más que sentido común para determinar en algunas personas puras poses.

Risas encubiertas, manos que dan pero esperando recibir al doble, más en la forma de actuar es que reside todo.

Si tu discurso difiere de tu actuación hay algo que llama a suspicacia y a observación.

En lo que tenemos que ser cuidadosos es en hacernos juicios a priori con simplemente ver a alguien.

Hace falta mucha conversación para ver que el otro piensa, de que se defiende, cual es su causa, que es lo principal en su vida, que evidencia, que oculta, que le da satisfacción, que le avergüenza. Cuáles son sus valores, sus principios y su moral.

Pienso y luego escribo: En el camino a dedicarnos a conocer a los demás a veces nos topamos con conocernos a nosotros mismos.