Controlemos la ira y vivamos en paz
Yanira Fondeur
Promoviendo la paz
No se necesita ser un profesional de la conducta humana para comprobar en las redes el descontrol emocional de los ciudadanos que contestan comentarios con enojo y violencia ante una postura diferente a su pensamiento.
Esta poca tolerancia también se observa socialmente en lugares de trabajo, en las vías públicas y en el seno de algunas familias, donde la educación en valores no ha sido el patrón de conducta a seguir.
Y es por ello que, dedicamos esta columna promotora de paz, a compartir algunas reflexiones sobre el respeto al derecho de una vida sin violencia que tenemos.
Debemos de partir de que, la ira es una emoción resultante de un conflicto, en el que sentimos que perdemos nuestra paciencia y tolerancia, pero ante esto tenemos que tener bien claro que somos seres racionales y poseemos la capacidad de controlarla.
Un enojo mal manejado, que culmina en un sentimiento de enfado violento como la ira, resulta dañino para la salud de quien lo expresa, ya que deteriora las arterias, altera el equilibrio del cuerpo, genera taquicardia y afecta el sistema inmunológico.
Ante ello procede que, cuando nos sentimos enfadados lo primero a considerar es que debemos tomarnos el tiempo necesario para pensar lo que vamos a decir, para así no herir a la otra persona en conflicto.
Recordemos que, alcanzaremos la calma ya sea aislándonos, escuchando una música de preferencia, pensando con objetividad cuales serían las soluciones del conflicto y recordando que el diálogo sereno es la mejor herramienta del entendimiento, sin guardar ningún resentimiento que nos quite la paz que merecemos vivir.
La vida es un regalo, cada día representa nuevas oportunidades y mantener una actitud positiva frente a cualquier conflicto repentino o dolor, nos ayuda a superarlo con mayor rapidez y a levantarnos con mayor poder como el ave fénix.
Si cambiamos nuestra forma de pensar, cambiaremos nuestro accionar, por lo que debemos tratar de rodearnos de personas positivas, soltar los sufrimientos del pasado, aprender de ellos y vivir el presente siempre ofreciendo lo mejor de nuestro ser.
Además, debemos dejar los lamentos a un lado y ser agradecidos de todas las bendiciones que poseemos, hasta de contar con los cincos sentidos somos privilegiados, a diferencia de los que tienen alguna dificultad física que muchas veces con paciencia y perseverancia nos sirven de referentes de superación.
Utilizar palabras constructivas, ejercitarse, alimentarse sanamente, contribuir al bien común también nos ayuda a mantener una mentalidad positiva.
Vivir en paz es un derecho que debemos disfrutar, fomentar y multiplicar en todos los espacios en que nos desarrollemos.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur