La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Creer y esperar
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
La vida es un constante reto, todos en nuestro caminar tenemos que estar cargados de energía y un aire positivista de todas nuestras acciones.
Los desafíos que nos ocurren vienen a cada minuto, a cada segundo, y lidiar con ellos es cada vez lo que nos llama a desarrollar la estrategia de la vida.
Desde nuestro nacimiento hasta nuestros días tenemos que ir imaginando como se nos abre paso la existencia.
Todo va de menor a mayor, pero en fin, se abren las realidades a nuestros ojos, y a ese mismo ritmo bailamos con ellas de principio a fin.
Para dar un paso en toda nuestra vida tenemos que estar cargados de creencias, pero sobre todo de aquella que nos dice que todo va a estar y que saldrá bien.
Muchas personas que cumplen con su misión en la vida muchas veces se auto sabotean, cuando al pensar que los demás logran algunas cosas, piensan que no pudieran lograrla si se las proponen ellos mismos.
Es mucho el tiempo que se pierde mirando al de al lado, sin ni siquiera decidir qué hacer con nuestros días.
Nadie es mejor que nadie, pues todos los seres humanos vinimos equipados con nuestros talentos que son los que más adelante nos ayudarán a sobrevivir.
Detectar en qué somos buenos es nuestra tarea, porque de ahí dependerá que tan excelente o no hagamos nuestra labor.
Es difícil dedicarse a algo que no nos gusta, porque nuestras habilidades nunca serán las mismas, solo hay que ver lo bien que se hace determinada tarea cuando es nuestra pasión.
Tenemos que creer, es un lema que nace de lo más profundo de un ser que está llamado a abrirse paso por la vida.
Se hace necesario comprender, que sin las esperanzas puestas en nuestros proyectos, en nuestros sueños, es difícil encontrar personas que quieran o le interesen nuestras ideas.
Es imprescindible ponerle empeño, amor, y creencia a todo lo que hacemos, porque es la única forma en que veremos materializado todo aquello a lo que le dedicamos tiempo.
Quien si no somos nosotros mismos inicialmente puede creer más en lo que hacemos? Pienso que absolutamente nadie.
Por eso es preciso abrir nuestra mente, nuestra vida y nuestro corazón a todo aquello a lo que hemos puesto todo nuestro empeño y esperar.
La espera rinde los frutos anhelados por los cuales hemos trabajado tanto porque todo en esta vida tiene su tiempo.
Pienso y Luego Escribo: Esperar es creer que todo a su tiempo dará sus frutos.