La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Dar gracias a Dios por estar vivos
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
No es para nadie un secreto que estamos en tiempos convulsos, difíciles de comprender, situaciones por las que estamos pasando para las que nadie estaba preparado.
Todo esto de la pandemia del coronavirus nos llegó en un abrir y cerrar de ojos, y como diría en mi artículo anterior “Y de repente el mundo cambió»
Es más de uno el que se levanta esperando las noticias de cuántos van infectados, y claro, esperando las buenas nuevas de que todo baje, y la tan anhelada curva aplanada.
También nos despertamos y lamentablemente vemos los datos donde nos cuentan cuantos no han corrido con el beneficio de estar vivos.
Lo anterior solo nos deja meditando en que a cada segundo debemos de estar más que agradecidos con Dios por estar vivos.
Es cierto, muchos en la nueva adaptación anhelamos cosas que tal vez la vemos como superfluas en la actualidad, y a todo nos vamos habituando.
Ahora mismo solo comento no hay nada más grande que estar vivos, y poder respirar, en un mundo donde muchos se debaten entre la vida y la muerte.
Lo nuevo ha llegado, y todo es supervivencia, todo es habituarse a que cada cual debe resolver todas sus responsabilidades de manera personal.
Es duro, pero escuché una frase que no está lejos de ser real aunque cueste, que cada cual debe rascarse con sus propias uñas, nada más real en este mundo del sálvese quien pueda.
Tenemos que sacar de abajo aunque muchos estén sumidos en el pesimismo, para estar bien, cargar la mente de mensajes positivos.
El mañana depende mucho de hoy, de como nos proyectemos, aun en medio de estar en la espera de una vacuna, dependerá de como pensemos.
El mundo ha pasado por situaciones peores, pero la desesperación no puede reinar en las mentes que esperan que todo vaya a mejorar, a que todo pase.
Lo que nos diferenciará a como éramos antes es que vamos a estar más capacitados para vivir ante las dificultades.
Qué puede ser peor? La situación o la vida? Pues mientras estemos vivos todo es posible, la economía puede normalizarse no importa que tiempo cueste.
La fe no puede perderse ni en el peor de los momentos, la esperanza siempre debe estar a flote ahora más que nunca.
Pienso y luego escribo: Estar vivos es el mejor de los testimonios.