Dar las gracias en medio de un mundo donde tantos tienen necesidad
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Para que el mundo sea mundo tiene que haber de todo, me dijo alguien cuando trataba de justificar una acción con la que no estaba de acuerdo.
Digo que en cierta medida esto tiene mucho de cierto, lo que no puede el ser humano es llegar al grado de la insensibilidad.
Digo lo anterior porque en esta tierra es cierto nos rodean muchas cosas, y vemos a diario muchísimas más.
En una de mis salidas por la ciudad, estando yo de co-pilota, en mis recorridos disfruto mucho del panorama, y por qué negar que a veces hasta me voy lejos.
Llegando al semáforo de la Kennedy con Núñez, mi esposo me dice que fije mi atención a la izquierda, debajo del túnel.
Cuando miré era un niño de la edad del mi hijo, sin vestimenta de la cintura hacia arriba, sentado, mirando lejos, sin rumbo fijo y con la mente ida.
Pensé Dios mío, y que será de ese niño cuando sea un adulto.
Es increíble como los destinos de una persona se van formando desde temprana edad, porque cuando se supone que debemos de tener todo, que no es edad para pensar en necesidades, desde hogar, alimentación, vestido, comida, educación, recreación, un juego, entretenimiento, hay muchos que eso es lo que menos tienen.
Ante tantas cosas, pudiera ocurrírseme llamarle mundo injusto, pero no lo he creado yo, hay muchas cosas ocultas que la mente es incapaz de descifrar porque así ha sido creada, finita, en parábolas.
Me pregunto: Por qué algunos solo hacen desperdiciar, despilfarrar, despreciar en medio de la abundancia, y otros a diferencia muriendo en la pobreza extrema?
En cierta medida, algunas cosas del todo no son malas, porque luchar por algo, ir subiendo de peldaño a peldaño, conocer con el sacrificio con que se logran las cosas hacen que se valoren más.
Muchos son los que afirman que en la cima no hay más que soledad, y es entendible, después de luchar tanto y conseguirlo todo, qué queda? Más de lo mismo.
No es la misma satisfacción de ir logrando las cosas poco a poco, gota a gota de sudor, escalón por escalón.
Si un niño tiene una mirada perdida en la desolación como el que no tiene rumbo fijo o esperanza que será después, solo me pregunté.
Las calles para un adulto de por sí son peligrosas, qué será para un niño, sin un padre o tutor que lo defienda ante cualquier eventualidad.
Hay dos temas que me llegan mucho y en los que soy totalmente sensible, la niñez desprotegida en las calles, y el tema de los envejecientes por muchos motivos.
No puedo negar que la imagen de ese niño la tengo grabada, y me causó mucha pena.
Cuando Dios nos da el privilegio de tener las necesidades cubiertas, y sobre todo de tener hijos saludables, solo tenemos que dar gracias, porque sin darnos cuenta lo tenemos todo.
Pienso y Luego Escribo: No importa que sea mundo, cuando sientes empatía hacia los demás, muchas de las realidades que pasan al alrededor aunque sea en pensamiento quisieras sino cambiarlas, mejorarlas, pero aportar algo a la causa.