Desafección Política
Por Elic Fernández
A propósito del proceso electoral del 19 de mayo, en la República Dominicana, comparto con ustedes estas reflexiones sobre un trabajo académico de mi autoría.
Uno de los aspectos que más condiciona la relación entre los ciudadanos y el poder político son las actitudes. Actitudes como el cinismo político, el desinterés por la política, o el descontento con los gobiernos, factores estos que están fuertemente vinculados al grado de confianza que los ciudadanos depositan en las instituciones de representación política en general.
Un rasgo distintivo de la cultura política de las democracias surgidas al calor de la tercera ola democratizadora, es la combinación entre el apoyo a la democracia y un amplio sentimiento de desconfianza hacia los partidos y hacia las instituciones que sostienen el régimen.
No hay una teoría general sobre la desafección política que proporcione un punto de referencia del cual partir. Sin embargo, sí hay un acuerdo respecto de cuándo y en qué circunstancias surge y respecto de la complejidad de definirlo. En cuanto al surgimiento, el mismo estaría relacionado con una suerte de cansancio de la política tradicional.
La desafección política es un concepto tan crecientemente utilizado como diversamente definido. Si se considera como una especie de síndrome, sería posible situar sus síntomas en un continuo que fuera desde un polo positivo de ciudadanos completamente integrados y con fuertes sentimientos de cercanía a su sistema político, que pasara a través de puntos intermedios caracterizados por un cierto desapego respecto a elementos significativos del régimen politico, y que alcanzara un polo más negativo definido por una hostilidad completa hacia el sistema político y un consecuente alejamiento del mismo.
Ese desapego de la actividad política, también se refiere al distanciamiento o falta de interés de los ciudadanos en la política, así como su autoreflexión como actores políticos. Implica además, en qué medida los ciudadanos expresan un cierto interés o muestran alguna preocupación por la política y los asuntos públicos.
En las últimas décadas, nuestro pais no ha estado exento a este proceso y es por eso que hace varias décadas desde diversos sectores se advierte una crisis de la democracia en República Dominicana, caracterizada principalmente por un aumento de la desconfianza en el sistema político por parte de los ciudadanos, debilitamiento institucional, desafección política, retroceso en la calidad de las elecciones, uso arbitrario de la publicidad estatal, falta de diversidad de opinión en determinados medios de comunicación, niveles bajos de transparencia en la financiación privada de los partidos, deficiencias democráticas en las prácticas partidistas, divisiones o rupturas en los principales partidos políticos y la oportunidad del surgimiento de nuevas figuras, lo que conlleva a una alta preocupación de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos por el porcentaje de personas que votarán en las elecciones cercanas y es por ello que ya tienen aceitadas sus maquinarias para mover ese electorado desafecto.
En una próxima entrega abordaremos de forma amplia las principales causas que conducen a este fenómeno.
El autor es abogado, politólogo, diplomático e internacionalista.