Dialogar en lugar de gritar
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Para fomentar la convivencia pacífica lo primero que debemos es identificar cómo es nuestra reacción natural ante los conflictos del diario vivir.
¿Eres de las personas que suele gritar? Si es así, es hora de entender que las reacciones impulsivas, lejos de construir y mejorar las relaciones, la empeoran.
Amables lectores, recuerden que violencia genera más violencia y si somos capaces de comprender que cada día es un regalo de vida, deberíamos esforzarnos en regular nuestras emociones internas y luego tratar de optimizar las relaciones en nuestros entornos.
Aceptémonos con nuestras virtudes, ya que somos especiales, y superemos nuestras debilidades. La pregunta es ¿cómo hacerlo? Y la respuesta simple es adoptando consciencia, voluntad, perseverancia, respeto y el deseo de siempre hacer el bien.
Sin importar nuestra historia de vida, hasta un pasado que nos haya marcado negativamente, tenemos la capacidad de adoptar una actitud positiva ante las adversidades y con ella lograr enriquecer las relaciones en nuestro proyecto de vida.
Gritar a nuestros seres queridos nunca derivará la solución de los problemas y por el contrario, manifestará un mal ejemplo a nuestros descendientes, que bien sabemos que normalizan esa incorrecta manera de comunicarnos.
Cuando gritamos, nuestras emociones están alteradas e impiden que fluya el dialogo constructivo en ese estado.
Por todo esto, para mejorar la convivencia debemos asumir el compromiso de respetar a los demás, de auto controlarnos haciendo un alto cuando nos enojamos y de mostrar empatía por la postura de la otra persona.
Si te gritan en la calle lo aconsejable es que lo consideres como nada personal, pero si es en tu entorno y no corres peligro tu vida, puedes utilizar la estrategia de bajar el tono de voz y expresarle “Noto que estás enfadado, podemos dialogar más tarde cuando estés más tranquilo”.
También podemos escuchar con atención la posición contraria, elegir un lugar apropiado donde no sean interrumpidos o tengan otras personas muy cerca, con la finalidad de que la comunicación pueda fluir y lograr un entendimiento.
Así que cuando vuelvas a enojarte ante un conflicto recuerdas que vociferar, chillar o gritar no te hará más fuerte ni mejorará la situación, por el contrario dificultará la solución por la vía pacífica.
Dialogar es y siempre será la mejor herramienta para la solución de una situación adversa en cualquier escenario, ya sea familiar, laboral o social, creando la base para que se genere más confianza y relaciones más satisfactorias.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur
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