Diciembre, mes alegre, reflexivo y de esperanza
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
La atmósfera que rodea diciembre suele ser positiva, una combinación de clima fresco, música contagiosa, detalles navideños que embellecen los espacios y la alegría que nos brinda poder reunirnos con amistades y familiares en ambientes de confraternidad, estrechando esos lazos de unión que fortalecen las relaciones, sin dejar de tener presente a aquellos seres queridos que han partido y los enfermos, por quienes oramos.
No obstante, el último mes del año también suele constituir una época propicia para reflexionar y evaluar que tanto fue posible en estos pasados 365 días de alcanzar nuestras metas personales y profesionales.
Recientemente recibí a través de un chat un mensaje que decía “Reconocer, es una palabra tan importante, que se escribe igual al derecho que al revés”, y es que, pensando en la importancia de esa palabra aprovecho este espacio de “Promoviendo la paz”, para que podamos reflexionar al finalizar el año y preguntarnos: ¿Qué tantas huellas positivas estamos dejando en nuestro accionar diario?, ¿Practicamos el buen trato siempre?, ¿Brindan nuestras palabras solidaridad, aliento o estímulo?, ¿Cómo es la calidad del tiempo que dedicamos a nuestros seres queridos?, ¿Estamos dando prioridad a lo que realmente amerita?, ¿Reconocemos qué podemos mejorar?, ¿Estamos en disposición de hacerlo en el 2019?.
Interiorizar en nuestros comportamientos cotidianos y reflexionar nos ayuda también a reconocer qué podemos transformar para optimizar nuestras relaciones, pues resulta que, nunca es tarde para recapacitar sobre ello, dejando el pasado como una experiencia enriquecedora de vida, que siempre constituye un punto de partida a superar.
Diciembre es también un mes que motiva a actuar y hacer esa llamada telefónica, que tanto hemos pospuesto por los afanes del diario vivir, para saber de alguien apreciado, o visitar a seres queridos que valorarán esos escasos minutos que estemos con ellos, para dar un abrazo solidario a quienes los necesiten, o escribirle una líneas a aquellos que necesitan de palabras de aliento por encontrarse en momentos difíciles. En fin, son 31 días que asimismo nos invitan a solidarizarnos con tantas entidades que regalan juguetes, ropas o alimentos a segmentos de la población desposeídos.
Este tiempo en que, conmemoramos el nacimiento de Jesús, de igual modo constituye un mes de esperanza, de nuevas oportunidades, de trazarnos metas para el año que se avecina, de proponernos modificar hábitos tóxicos por sanos, de ofrecer alegría en lugar de desesperanza, amor en lugar de rencor, paz en vez de injusticia, atención en lugar de indiferencia, aliento y no reproches, gratitud y no amargura.
Amables lectores, les invito a convencernos de asumir cada día ser mejores personas y así podremos dejar un legado positivo en nuestro entorno, basado en humildad, amor y paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.