Disciplinar sin maltratar
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Dando lectura a una noticia reciente, con el siguiente titular «Abuela denuncia que madrastra muerde y quema manos a nieta», manifiesto que me estremeció el corazón y pensé en la necesidad de difundir y hacer saber que no hay necesidad de incurrir en violencia para enseñar a respetar los valores morales y esto así, porque muchos consideran erroneamente que el método más eficaz de la educación es con reprimenda.
Según la denuncia, el suceso ocurrió en Santo Domingo Oeste, donde la madre de una niñita de dos años le quemó sus dos manitas con una plancha, tras acusarla de haberse robado diez pesos, que le había entregado su hermanito, trascendiendo que después del hecho emprendió la huida.
Lamentablemente, este hecho no se trata de un caso aislado, es uno más de los tantos que se presentan en la cotidianidad de los hogares, algunos de los cuales trascienden y llegan a la Policía Nacional o a las oficinas de un fiscal, y es que culturalmente hay tutores que tienen la creencia errada de que corregir a los niños y niñas con malos tratos los hará entender que actuaron de forma incorrecta.
Es por ello que, es preciso entender que para disciplinar no se requiere maltratar en ningún sentido, que como adultos debemos tener autocontrol y brindar el ejemplo, manteniendo la calma, identificando las causas que motivaron al menor a reaccionar de una determinada manera y luego, hacerles entender que cada acción tiene una consecuencia, la cual no debe ser solo un castigo físico, reprimenda verbal o de menosprecio.
En ese sentido, si queremos lograr un cambio de comportamiento de nuestros hijos e hijas lo primero a tomar en cuenta es que debemos tener una comunicación efectiva, poner disciplina con límites claros, estimular las conductas positivas, manifestarles nuestro amor mediante el elogio, abrazos y hacerle sentir que son importantes en nuestra vida, sin que todo esto signifique no corregir adecuadamente la inconducta.
Recordemos que, nuestros descendientes son esponjas, absorben las conductas que ven y luego las replican, sí gritamos enseñaremos a no dialogar, si mentimos enseñaremos que la verdad no es necesaria y si actuamos con violencia justificaremos y normalizaremos los malos tratos.
En consecuencia, entendemos que en los hogares es esencial enseñar con amor, porque este sentimiento incondicional es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el ser humano, como expresara el gran líder pacifista de la India, Mahatma Gandhi.
Recordemos, fomentamos la cultura de paz cuando trabajamos por concienciar de que los conflictos si pueden solucionarse por la vía del diálogo y el respeto, fortaleciendo el ambiente armónico que han de primar en las relaciones.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.