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Doña Zaida y su legado
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
La prohibición de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía de la canción “La Bebe” por su contenido de letras ofensivas y vulgares que ejercen influencia negativa en los jóvenes que la escuchan hace recordar a la sociedad dominicana quien fuera una gran defensora de la moral y las buenas costumbres: Doña Zaida Ginebra viuda Lovatón.
Escuchar la frase “Que falta hace doña Zaida” se ha normalizado en una población que no termina de entender cuáles son las limitaciones que le impiden ejecutar a cabalidad los procedimientos y normativas de controles con los que opera dicha Comisión de acuerdo a las responsabilidades legales que le competen.
Si bien es cierto que el reglamento 824 que regula dicha Comisión está obsoleto al ser la entidad creada en el año 1971 y posteriormente incorporada al Ministerio de Cultura mediante la Ley No. 41-00 del año 2000, han transcurrido 19 largos años, suficientes para adecuar sus funciones a las necesidades y demandas actuales de la sociedad dominicana.
La percepción que existe en la ciudadanía es que Espectáculos Públicos y Radiofonía solo actúa cuando recibe la presión creada por las redes sociales o por entidades que denuncian determinadas letras de canciones populares entre adolescentes y jóvenes, que con ritmo contagioso incitan a la violencia o denigran a la mujer como un objeto sexual.
En su accionar, la Comisión viene a prohibir dichas canciones cuando ya sus contenidos y videos son previamente conocidos y promovidos a través de diversos medios de comunicación.
Recordemos que doña Zaida se caracterizó por la valentía para controlar la difusión de las canciones que escuchaba el público, a tal punto que fue bautizada como “la dama de hierro” en su desempeño como directora de esa entidad durante el período comprendido entre los años 1978 al 1985.
La determinación y eficiente servicio de doña Zaida la llevó a ganarse el respeto y la valoración de la sociedad dominicana, que busca velar por buenos ejemplos para la juventud, en medio de un bombardeo de temas que tratan sobre sexo, alcohol, y promiscuidad, entre otros, generando una influencia tóxica para los más jóvenes.
El legado de doña Zaida Ginebra viuda Lovatón perdura en el tiempo por su vocación de servicio, firmeza, perseverancia y entrega, lo que la llevó a ser una promotora de paz de las familias que velan por que sus hijos, sobrinos y relacionados jóvenes apoyen los mejores ejemplos.
Mantenernos alerta a las letras de las canciones que reciben nuestros niños y jóvenes es también responsabilidad de todos y todas.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur