Eduquemos con amor y sin violencia
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Consternada y con mucho dolor observé en las redes el video viral de un padre de la comunidad de Moca que, para corregir a su hija de 7 años “por portarse mal”, procedió a castigarla colocándola afuera de su casa con un block en la cabeza, mientras permanecía hincada en el piso de cemento.
Este indignante hecho se dio a conocer gracias a la intervención oportuna de una vecina que lo grabó y le reclamó al padre que cometía un abuso, expresándole que no era la forma correcta de proceder por los daños físicos y psicológicos que podrían causarle a la niña.
Si deseamos convivir en una sociedad justa y pacífica, debemos multiplicar los esfuerzos por hacer entender a la población de que la violencia genera más violencia.
Apena además, dar lectura a muchos comentarios en redes que favorecían la conducta injusta y abusadora del padre como forma correcta de educar, sustentando que, ahora “los hijos quieren imponerse y eso los lleva a convertirlos en delincuentes”.
Desde este espacio de promoción de la paz entendemos que, siempre debemos buscar la raíz del problema y tratar de solucionarlo sin recurrir a ningún tipo de malos tratos.
Ello no quiere decir que, como padres y madres actuemos de una manera permisiva, sino que apliquemos sanciones razonables conforme a las edades de nuestros hijos e hijas.
Los castigos pueden limitarse perfectamente a suspenderle lo que más le guste, ya sea ver televisión, jugar videos electrónicos, tener un celular o en diversiones con amistades.
Tenemos que razonar objetivamente que, muchas veces con ese llamado “mal comportamiento” los niños y las niñas buscan llamar la atención de sus padres para que les dediquen un tiempo de calidad en escucharlos, valorarlos o jugar con ellos.
Además debemos reflexionar que, aunque tenemos el privilegio de tenerlos, eso no nos da el derecho de abusar de ellos, de torturarles, con la excusa de que queremos que sean mejores mujeres y hombres en el mañana.
Si deseamos ver cambio en nuestros hijos e hijas debemos educar con amor, fortaleciendo sus debilidades y reconociéndoles lo que hagan bien, en el marco de un ambiente con límites definidos, donde reine la comunicación efectiva y la disciplina positiva.
Gritarle, pegarle, abusar de ellos lo que genera son frustraciones, baja autoestima y no mejora su forma de actuar, al contrario, puede que en un futuro sean más vulnerables a ser víctima de violencia.
La prensa informó luego que el padre de este hecho fue detenido y puesto a la acción de la justicia.
Nosotros, los adultos, tenemos que a la hora de educar tratar de mantener el autocontrol. Una rabieta del hijo o una hija no debe motivarnos actuar con malos tratos y violencia, lo correcto es expresarle con firmeza “cuando te calmes podemos hablar y podré entender que quieres expresarme”, así de simple.
Recordemos que, los niños y las niñas son esponjas y normalizan la conducta que vean en nuestro proceder. Además, suelen ser más inteligentes de lo que pensamos y conocen nuestras debilidades como adultos.
Si como padres, madres o tutores queremos generar un cambio en ellos, debemos necesariamente empezar por cambiar nuestra conducta. Reforzándoles sus acciones positivas contribuiremos a que generen consecuencias positivas y reine la paz familiar que merecemos disfrutar.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur