La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
El amar y el querer
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Primero que todo mis queridos lectores decirles que les he echado de menos, y este es el motivo por el cual siendo domingo un día tan sagrado les escribo.
Si no fuera por una buena razón de seguro no brotaran las palabras que siempre que escribo son del alma.
Ayer, escuchando al tan seguido por mí José José y recordando unos viejos CD sobre su vida y música, recordé la canción el amar y el querer.
El amar y el querer señores resume todo lo que es la vida, porque es el principio y fin, o como se diría El Alfa y el Omega.
Parecerían palabras iguales, y de las que no me canso en mis artículos de escribir, pero tan desiguales a la vez que se confunden.
Definir amar, es como definir felicidad, para muchos es simple, ya que desde su perspectiva parecería un juego creado a imagen y semejanza, pero es muy complejo.
Tan complejo señores como el complejo B, siempre que pienso en ellas dos, pienso en lo fácil y lo difícil, lleno y medio lleno, antes y después.
Es así queridos amigos, la vida siempre te da un antes y un después, te da avisos y te va marcando la ruta para que seamos vencedores.
Le decía a alguien que me reprendía por mi temperamento exigente, excesivo con la puntualidad, y casi de entrenamiento militar, que lo bueno es poco y escaso, como las mejores cosas de la vida.
Cosas, así le dice mi esposo Fernando Quiroz al mejor invento que ha tenido la humanidad, y se preguntarán que es, y es el pan y el queso.
Amor que quieres?, me dice porque me ama, que cualquier cosa, y en mi lenguaje figurado que sé que es su lenguaje figurado, y le preparo su mejor platillo, aunque cuando quiere lo quiere me dice hazme fritos, y ahí se complica pero termino cediendo.
Quisiera saber que es el amor si no se aprende, quisiera saber que es el amor si no depende de tener a esos alguien a quien amar.
Diría que piedra, papel y tijera, otras de las tres invenciones de las que dos son las más fuertes del humano.
Querer es un sentimiento primario, todos queremos, la vida se basa en el día a día en el querer, vivimos queriendo cosas, que esas cosas se convierten en el néctar del amor.
La miel, un trabajo del amor de una de las especies más organizadas jerárquicamente, las abejas, es un producto del amor y hasta barato es su precio para tanta labor.
Antes cuando era muy joven creía que amaba poco, ahora creo que amo mucho, pudiera decirse que hasta el infinito, porque el amor se mide por la capacidad del perdón, y si no hay perdón pues no hay y no hubo amor.
Tengo a mi lado a los seres que más me aman del planeta, mi esposo el periodista Fernando Quiroz, y mi hijo el pintor abstracto el Infinito Fernando Gabriel Quiroz Flaviá. Ellos dos aparte de que me han enseñado lo que es el amor, son los dos seres a los que más amo, aparte de mi perro Castell Flaviá, y por los que daría mi vida si fuese necesario.
Mi madre Carmen Rosa Luciano Pichardo, mis hermanos Moisés y Guillermo Rafael Flaviá, mi sobrino Mauro Flaviá, mi familia, son personas por las cuales haría cualquier cosa, y a los que el tiempo ha puesto a prueba y me ha dicho que amo, así como a mi papá, Guillermo Germán Flaviá, ay si hay!!, fallecido un 8 de octubre.
Creo que el número 1 solo existe para que hayan más números, que la verdad existe y sale a relucir aunque tarde mucho tiempo; los motivos y las consecuencias, y de que todo obra para bien, siempre seremos mejores, no importa la circunstancias de la vida.
Señores créanlo o no, les pertenecemos a Dios, porque todo lo que es una creación Infinita no tiene precio ni es regalo, tiene dueño, solo puede ser exhibida por ser maestra.
El amar y el querer, es una realidad, y el otro se convierte en una consecuencia, nunca el amor fue imperfecto, creer que queremos sí.
Amo los corazones, son rojos como la energía pura e indestructible, y difícil de crear, como el fuego, que solo se evapora a si mismo, y el viento llevándose consigo todo, y solo dejando cenizas a su paso, pero la ceniza es materia y vuelve y se recompone y vuelve a ser como todo lo de esta tierra.
**La fama
Hablando de la fama, por estar viendo Rubia, la docuserie de Netflix sobre la vida de Marilyn, porque todo se resume en un nombre, diría que aprender a vivir con la fama es algo que te lo da la práctica, y que es preferible lidiar con l a fama desde arriba, que ser un perfecto desconcido, siempre hay que amar nuestras debilidades, y convertirnos en la mejor versión con un feliz transcurrir, aunque el camino a veces se trille, pero seguir caminado, Keep Walking!»
Siendo con el amar y el querer, el Querer no es malo, pero no define los días, define los días con lo que te acuestas y con lo que despiertas, con tu desayuno, la compañía en tus mejores momentos, con los viajes a la Vega, y con darte los mejores regalos, esos que no tienen precio como el hijo preciado.
Estoy en el mes de mi aniversario de bodas, cumplimos 14 años de casados, y es boda de marfil, que se define como la solidez y el compromiso entre dos personas, y quiero públicamente hacerle un regalo a mi esposo Fernando Quiroz y es decirle que lo amo, y que gracias por enseñarme a verlo cada día, él dice que me escogió a mí, más fui yo a él, siendo he admirado su valentía, y su corazón tan simple como el azúcar que se diluye en el agua, y a mi hijo lo que no me caso de decirle: Eres la luz de mis ojos. Este es uno de mis párrafos más largos, porque me defino como párrafos cortos, ahora los quiero largos, si es que hay algo importante que decir, así como Infinito.
Pienso y luego escribo: Primero quiero, después amo, amo y luego quiero, quiero y luego amo, solo amo, siempre estoy amando, hasta cuando pienso que quiero, porque hay cosas que piensas que quieres y nunca han llegado a la palabra querer, todo es amar.