El camino hacia el voluntariado
ViBa La Comunicación
Vilma Batista
En el 2010 tuve el privilegio de iniciar el camino hacia el voluntariado, llamado que sentía desde hacía tiempo pero que solo con el nacimiento de mi Adriana Lucia, llegaría el valor para dar el primer paso.
El voluntariado ha sido una maravilla que me ha permitido vivir plenamente una de mis pasiones: Servir a los demás desde el amor y sin ninguna agenda más allá que aportar a un sociedad más justa y cada vez mejor.
Esta idea se ensanchó en mi mente y corazón al momento de ser madre y un día , todavía con la cría de meses, asistí a una charla que marcó mi primer encuentro con el destino.
En la República Dominicana contamos con muchas opciones para ayudar y ser parte de una nación para el futuro, pero fue a través de la plataforma de Servir-D y su Ciclo de Formación para el voluntariado comprometido, que encontré como canalizar mi ánimo de dejar de quejarme de los problemas e involucrarme en ser parte de la solución.
Gracias a este espacio cuyo propósito es incentivar y coordinar el trabajo de voluntario de personas físicas, empresas e instituciones que quieran aportar tiempo, conocimiento, experiencias y recursos para colaborar gratuita y desinteresadamente en una obra de bien social, puedo vivir la bondad de pensamiento, palabra y obra de nuestro pueblo.
Estos casi siete valiosos años de voluntariado activo, me han permitido aportar mi tiempo, entusiasmo y conocimiento con las causas con las que más me identifico a nivel personal y profesional, ya que su red de obras solidarias permite elegir donde quieres hacer la diferencia aportando tu granito de arena.
Asimismo, he aprendido el verdadero valor de darse a los demás desde lo más íntimo de nuestra humanidad, ya que como su lema indica, solo buscan manos para servir y no se aceptan atajos con donaciones económicas, sino con lo que más cuenta: Ser, estar y hacer.
En estos momentos en que nuestra región ha sido golpeada por fenómenos naturales de envergadura, ha sido un colirio ver como tantas personas se han animado espontáneamente a ayudar, recordándonos que todos somos uno.
Los gobiernos junto a las entidades de auxilio estan haciendo su mejor esfuerzo, pero es en el ejercito de voluntarios donde queda evidenciado la solidaridad de nuestros pueblos con la única intención de recibir la satisfacción del bien cumplido.
Finalmente este es mi testimonio; manos que dan, reciben.