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El don del discernimiento
Rincón Digital
Leonor Asilis
Hoy más que nunca debemos pedir el don del discernimiento. Si me preguntasen la razón diría que la respuesta es obvia: en un mundo donde crece la confusión es preciso buscar y seguir La Luz.
Estamos frente a una ola que se nos avecina manchada de sangre, luto y dolor. Es la corriente diabólica del aborto que amenaza al continente de la esperanza, América, pretendiendo disfrazar la muerte de inocentes con excusas ilustres que engañaran a muchos, por distintas razones, entre ellas la soberbia de creer que pueden disponer la vida a su antojo sin reconocer que el autor de la vida es celoso con su creación.
Son múltiples los testimonios de madres valientes que a pesar de consejos malsanos de recomendar el aborto por supuestos peligros de sus propias vidas o inclusive porque venían sus niños vendrían con defectos dijeron si a la vida, y con su sí atrajeron su felicidad plena.
Casos famosos por citar algunos, Andrea Bocelli y Celine Dion, esta última testifico que gracias al consejo de un sacerdote a su madre pudo vivir. Y aquí me detengo. Sin señalar con nombre, si me apena enormemente que un sacerdote jesuita de nuestro país se atreviera a contradecir la palabra de Dios apoyando la despenalización del aborto en la tres causales que quieren introducir en nuestras cámaras legislativas.
A el y todos lo que lo siguen les digo que recuerden la máxima tribuna, la divina, aquella a la cual Dios le mando servir, ha hecho con su inconducta no solo una irreverencia a su mandato sino una insurrección a su divina voluntad y al magisterio de su iglesia.
Queridos lectores, no pretendo satanizarlo, pero si quiero pedir a los creyentes que oren por el para que vea su error y rectifique su declaración para resarcir su falta grave a la iglesia. De no hacerlo, mi recomendación seria que se aparte de ella o monte su iglesia aparte porque la de Cristo es de luz no de muerte.
El aborto, el crimen a mi entender es el más detestado por Dios porque deshace su obra desde la fragilidad de sus inicios, ni siquiera siendo un bebe. Qué desacierto! que atrevimiento tan extremo de desafiar al Creador!
Esta maldita corriente que va in creciendo en tantos países pretende arropar a esta tierra bendita, nuestra República Dominicana, cuna de la fe cristiana en América.
Nuestro pueblo se ha manifestado masivamente en torno a esta decisión que en cualquier momento volverá a ser revisada en el Poder Legislativo.
Por eso, estas palabras están destinadas sobretodo a ustedes porque sobre sus conciencias han de deliberar el futuro de nuestra nación. Esta decisión atraerá o no el favor De Dios.
Vida o muerte, daremos cuenta. La respuesta es nuestra!