El mecanismo encubierto de las mentiras
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Todo el ser humano peca, lo hacemos por palabra, por obra o por omisión, lo que quiere decir que haciendo y dejando de hacer como quiera se incurre en faltas.
Las mentiras, que no es más que decir lo contrario lo que realmente es, se dividen en blancas y graves.
Las blancas las utilizan las personas para salir de una situación que es una encerrona, donde no queda más que hacerlo, puesto que hay situaciones o personas que prefieren esto a la realidad.
Las blancas ni son ni pretenden hacerles daño a nadie, son simples, no tiene repercusión supuestamente en el futuro, pasan en el momento y se olvidan, se sale airoso, «supuestamente».
Las complejas son las graves, se encubre un daño mayor, repercuten en el futuro, dañan, comprometen, no son eternas, en cualquier momento pueden descubrirse, por lo que no son perfectas; estas son las llamadas imperdonables, porque el incurrir en ellas se hace a conciencia.
Existen otras clases de mentiras, que son con las que conviven algunas personas que las hacen su diario vivir.
Ellos las crean, las recrean, crean un mundo a partir de ellas, las cuentan que parecen más que verdades, las lanzan y es como si fuera una salva, no se calculan, forman parte de la persona, no se mide riesgos, se vive en ellas, estas son las que forman parte del mitómano.
Viendo todo lo anterior solo se me ocurre preguntarme, para qué sirven las mentiras? Muchos afirman que todo es verdad, y nada es verdad, que todo depende del cristal con que lo miremos.
Que algunos por pecar de forma diferente afirman, que ningún pecado es mayor ni menor que el otro, simplemente es diferente.
A todo esto solo me queda decir, y el cuerpo cómo se siente? Sentirá plenitud? Sentirá satisfacción? Se creerá el mejor, el más astuto, o solo experimenta vacío?
Todo el que miente sabe que lo hace, aunque forme parte de su mejor repertorio. Todo el que miente sabe que en algún momento puede verse susceptible de descubrirse, que puede perder la reputación, y que en lo adelante se dude de todo lo que diga.
Es cierto que a muchas personas, así como la canción de Luis Miguel Culpable o No, les gusta que les mientan, pero de qué les sirve vivir en una irrealidad, en una adulación, en una alteración de la realidad, sencillamente es muerte lenta.
Aunque no les guste algunos oídos escucharla, nada mejor que la verdad, andar en lo claro, saber en qué terreno se pisa, a quien tenemos de frente, cual es el pensamiento de los demás.
Nuestro paso por la tierra es efímero, no da el tiempo para hacer todo lo que nos proponemos, aprovechémoslo al máximo con gentes de verdad.
Pienso y Luego Escribo: No hay peor mundo que aquel que solo existe en la mente.