El Poder de una buena multa
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Escribo
Las dos fuerzas más poderosas que mueven al mundo son el miedo y el amor.
El miedo que no es más que temor a la pérdida de algo, y el amor el sentimiento más completo y perfecto que existe, donde todo lo damos y nada esperamos a cambio.
Este artículo está dedicado a las multas que datan aproximadamente de 2,800 años, y al miedo a recibirlas, porque de alguna forma tienen que reaccionar los motoristas de nuestro país con la problemática existente.
El miedo no es aquel que se aplica de manera arbitraria, creo más en el respeto que se infunda con la sola presencia: La autoridad.
Ese acatamiento que se siente con el solo hecho de verla, de saber que están ahí para el cumplimiento del deber.
En países desarrollados como Estados Unidos y el continente europeo, se aplican las multas para aquellos que infringen las leyes de tránsito de manera satisfactoria; en nuestro país como todo es una queja, con todo lo que se aplica se le llama afán de recaudación, debemos de comenzar de dos formas.
Con una buena multa que duela lo suficiente al bolsillo, y otra con la retención del medio de transporte que está a su alcance: Los motores.
En nuestra República Dominicana dentro de las principales infracciones que comete un motorista está: Irse en rojo, pararse en la raya del peatón, irse en vía contraria, subirse a la acera, no esperar su turno, y andar entre vehículos cuando sabe que no cabe.
En fin si enumeramos todos los fallos de algunos motoristas, tendríamos que dedicarles artículos semanales, porque en realidad son muchos y a diario aparecen nuevos.
Actualmente se está proliferando mucho el uso de los motores, por ser un medio de transporte asequible a la compra, y por poder generar ingresos con el mismo.
Creo que uno buena multa para un motorista anda alrededor de los RD$ 3,000.00 pesos, además de retenerle el motor hasta que pague la misma.
Por esto es necesario el uso de las cámaras para los mismos en las principales avenidas del país, así como suficientes DIGESETT que hagan cumplir lo suficiente el orden en nuestras calles.
Existen otras contravenciones que cometen nuestros motoristas, y es infringir aquellas que se hacen por protegerlos al no usar casco protector y guantes, su ficha de motorizado al día, placa, luces y bocina.
Un motorista al no cumplir con andar en las calles debidamente, no solo se hace daño a su mismo, sino a todos los demás, y en el peor de los casos, podría costar vidas.
Pienso y Escribo: El no temor a aplicar una buena multa, es emplear el debido régimen de consecuencias.