El prurigo por insectos en niños
Por Brenda Figueroa
Cita pediátrica
El prurigo por insectos es una reacción de hipersensibilidad a los antígenos presentes en la saliva de algunos insectos, de los cuales, los mosquitos son los más frecuentemente implicados.
Esta situación puede producir reacciones severas y exageradas, en algunos casos anafilaxia (reacción alérgica aguda potencialmente mortal).
Generalmente, el prurigo por insectos afecta a niños de 1 a 7 años, al sexo masculino con mayor frecuencia, con una proporción de 3:2 con relación a las niñas y se observa más en los niños atópicos.
Las sustancias presentes en la saliva del insecto ocasionan alergia, por consiguiente, se forman habones (ronchas) que producen mucha comezón.
La piel de esta zona se inflama en grado variable, en los diferentes sitios de la picadura del insecto y aparecen lesiones en forma de pápulas, ronchas y costras, generalmente en la espalda, glúteos y las extremidades.
Algunas lesiones pueden ser muy pruriginosas, por lo que el rascado podría ocasionar infecciones cutáneas y, a su vez, dejar manchas oscuras residuales en la piel, que posiblemente se mantengan durante un tiempo.
Para su tratamiento, el pediatra puede valorar el uso de cremas o ungüentos con corticoides tópicos, aplicados en la piel para disminuir la inflamación. Estos podrían contener, algún tipo de antibiótico si existen lesiones sobre infectadas. También puede considerarse el uso de antihistamínicos no sedantes en caso de comezón intensa.
La mejor manera de prevenir los episodios de manera frecuente es, sobre todo, con el uso de pijamas largos, mosquiteros, mallas en las ventanas y repelentes tópicos, o en aerosol rociados en la casa, (procurando siempre que no haya personas ni animales y luego ventilando bien el área).
Con el tiempo, esta condición tiende a mejorar e incluso, a desaparecer.
La autora es pediatra, con estudios en la UASD y la UCE.