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El regalo a papá
Yanira Fondeur
Promoviendo la paz
Como cada año, el último domingo del mes julio celebramos el día de los padres y constituye una costumbre regalarles algo que les agrade si con ellos han logrado consolidar un vínculo afectivo.
Ahora bien, sabemos que los mejores regalos los tenemos a nuestro alcance siempre, sin necesidad de incurrir en gastos económicos.
Regalemos a nuestros padres más abrazos que le llenen alegría, motivación, buen humor, que les reduzca los niveles de ansiedad y les beneficie hasta su sistema inmunológico.
Regalemos más tiempo de calidad cuando estemos con ellos, dejando a un lado los celulares. Para un padre envejeciente no hay mejor obsequio que el tiempo de cariño que le puedan brindar sus descendientes.
Regalemos mejor escucha para conocer con exactitud sus inquietudes y necesidades, así lograremos que se sientan importantes en nuestras vidas.
Regalemos más paciencia cuando nos repiten sus historias o no encuentran algo que sabes que fue quien lo guardó o al momento de asegurarnos que un hecho sucedió aunque no sea así.
Regalemos nuestra mejor sonrisa o hagámosle una anécdota chistosa para que nuestros padres se contagien y se les ilumine el rostro con amor.
Regalemos más atención para estar pendientes a sus dolores, caídas, visitas a los médicos y medicinas, para así garantizar mejor calidad en sus vidas.
Comprendamos que, las manifestaciones de amor y las enseñanzas de una paternidad positiva han de sembrarse desde la primera infancia, con la educación de valores necesaria y efectiva, que nos permitirá ser ejemplos hacia las demás generaciones.
Sabemos que, muchos no gozan del privilegio de contar con su padre, ya sea porque falleció, los abandonó o no supieron crear un vínculo de apego seguro que facilite la comunicación y el amor entre ambos y esto no puede constituir una excusa para ser mejores.
No obstante, como hijos e hijas tenemos que tener la suficiente inteligencia emocional para construir nuestro propio estilo paterno o materno que tenga como propósito final alcanzar la convivencia pacífica en el seno familiar.
Vemos con esperanza a los jóvenes participando en el nacimiento de sus hijos, llevándoles al médico, sus colegios o clases deportivas, musicales o recreativas, lo significa que cada vez hay más conciencia de la participación que deben jugar junto a sus parejas.
Y es que, el padre hoy en día sabe que sus obligaciones no solo se limitan al sustento económico e imposición de disciplina, sino que también implica su responsabilidad en contribuir al sano desarrollo emocional y social de sus hijos e hijas.
Desde ya, felicitamos a todos los padres responsables y los exhortamos a seguir siendo ejemplo de amor y paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur