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El valor de la tolerancia para la sana convivencia
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Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Desde hace 25 años, en 1995, la Organización de las Naciones Unidas conmemora cada 16 de noviembre el Día Internacional de la Tolerancia, un valor moral que nos permite convivir pacíficamente.
En razón de que noviembre es el mes de las familias y es en el seno de ellas que debemos fomentar ese respeto y comprensión a los criterios o ideas que no compartimos, dedicamos este espacio de promoción de paz para reflexionar sobre el tema.
A partir de saber que, en las familias cada integrante tiene su propia personalidad, fortalezas y debilidades, debemos fomentar la armonía aceptando al otro, sin hacer comparaciones, sin que esto signifique que podamos constructivamente emitir nuestras observaciones.
Aún con la misma crianza, pero con diferentes vivencias sociales, los hermanos pueden diferenciarse en sus niveles de tolerancia, pero lo importante es siempre tratar de ser mejores seres humanos, teniendo en cuenta la diversidad en las que nos encontramos en todos los ámbitos que nos desenvolvemos.
Evitemos y rechacemos la crítica o emitir juicios de valor contra familiares, amistades o relacionados, que difieran de nuestros criterios sobre temas culturales, religiosos y políticos y en su lugar procuremos ser tolerantes.
Practicamos tolerancia cuando tenemos nuestras mentes abiertas a la diversidad de creencias y mantenemos la calma ante una difamación, no respondiendo con la misma moneda, sino defendiendo nuestro sentir con firmeza, pero sin ofensas ni menosprecios.
Recordemos que, para tolerar es sumamente importante mantener la escucha activa, ya que contribuye al buen entendimiento y a la prevención de situaciones conflictivas que pueden desencadenar en violencia.
En ese sentido, no podemos olvidar que los seres humanos tenemos nuestra propia forma de pensar, de acuerdo a la realidad que hemos experimentado y en ocasiones no podemos tomar en lo personal algunas expresiones que vienen dadas por la visión muy particular de quien la expresa.
Así que, amables lectores, les exhorto a practicar la tolerancia como una tarea constante, ya que nos brinda bienestar y fomenta la convivencia pacífica en nuestros entornos.
Ahora bien, en modo alguno podemos ver la tolerancia como la aceptación a no defender nuestros criterios, en el marco del respeto, y aceptar conductas inadmisibles que afecten la dignidad como ser humano.
Tal es el caso de las graves problemáticas sociales como el matrimonio o abuso infantil o la violencia de género, en que como sociedad tenemos que fijar una posición intolerante y permanecer vigilantes para levantar nuestra voz a favor de su erradicación.
Es por ello que, tanto el Ministerio Público como el Ministerio de la Mujer han realizado campañas decretando “Tolerancia cero a la violencia contra las mujeres”, cuyo día internacional se conmemora el próximo 25 de noviembre, en que se cumplirán 60 años del asesinato de las hermanas Mirabal.
Me despido recordando la frase de la escritora y activista política Helen Keller que dijo que “El mayor resultado de la educación es la tolerancia”.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur