En conmemoración de este día
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Desde hace 36 años, por disposición de la Asamblea de la Organización General de las Naciones Unidas los países miembros conmemoramos éste 4 de Junio el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión.
La iniciativa de celebrar esta fecha, a partir del 19 de agosto del año 1982, está basada en la consternación causada por los miles de niños palestinos y libaneses obligados a participar en los conflictos armados, afectando su desarrollo físico, social y psicológico.
La conmemoración procura la reflexión mundial de los maltratos a que son sometidos los infantes y el compromiso social que todos y todas debemos asumir de protegerlos conforme a lo que establecen los acuerdos internacionales suscritos por los países.
En nuestro país lamentablemente vemos como prácticamente a diario un niño, niña o adolescente es víctima de violencia intrafamiliar, abuso o explotación sexual, matrimonio infantil, embarazo prematuro, entre otras problemáticas, que les generan daños físicos y psicológicos que les marcan de por vida.
La semana pasada el Presidente de la República destituyó un Embajador y luego un tribunal dispuso su prisión preventiva, acusado de violar a su hijastra, un hecho repudiable cuya madre fue emplazada a denunciarlo por los directores de dos centros escolares que notaron un comportamiento distinto de su alumna. El caso fue dado a conocer a la opinión pública por el sentido de responsabilidad social y sensibilidad en la problemática asumido por la periodista María Elena Núñez.
Asimismo, en la recién finalizada semana, las redes sociales difundieron la noticia de una niña en la comunidad de Verón, que por supuestos problemas mentales, sus familiares la mantenían encadenada, acción que como sociedad debemos siempre denunciar y aunque el caso está en investigación, demandamos la intervención del Estado en la protección que amerita la menor y la sanción que ha de aplicarse a quienes ejecutaron la cruel acción.
Como ciudadanos y ciudadanas tenemos que tener claro que los niños, niñas y adolescentes requieren de cuidados que garanticen su desarrollo emocional, personal y social, de una educación basada en amor y límites claros, para hacerlos sentir queridos, protegidos y seguros en el marco de reglas definidas, así como respeto y valoración, sin importar la edad que tengan, ya que lesionar su autoestima les hace más vulnerables a ser víctimas de todo tipo de abuso.
Entendemos que, fortaleciendo la familia como espacio de promoción de paz y convivencia armónica, erradicando las acciones violentas entre sus miembros, estaremos garantizando la protección de los infantes, quienes constituyen el presente y futuro de nuestra nación.
Conmemoremos este Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión demandando del Gobierno y sus funcionarios que más allá de las disposiciones constitucionales y legales, implementen políticas públicas y acciones eficaces que contribuyan significativamente en lograr que nuestros niños, niñas y adolescentes disfruten plenamente una vida libre de violencia.
La autora es la Presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.