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Fomentemos hacer el bien
Yanira Fondeur
Promoviendo La Paz
Desde hace 9 años, en el 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora cada 5 de septiembre el “Día Internacional de la Beneficencia”, en honor al aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta, que sucedió en el año 1997.
Durante más de cuatro décadas, la Madre Teresa, Premio Nobel de la Paz en 1979, dejó su granlegado de cuidados y entrega incondicional por los más necesitados, huérfanos, enfermos y moribundos, tras considerar que “la pobreza y la angustia constituyen una amenaza para la paz”.
En estos tiempos en que, los especialistas en las conductas expresan que abundan los problemas de salud mental y constatamos la violencia en todos los ámbitos, consideramos oportuno reflexionar sobre el valor de practicar y hacer el bien a los demás, sin esperar nada cambio.
Sin duda alguna, estamos conscientes de que, las familias, las sociedades y el mundo necesitan de más amor, solidaridad, respeto, empatía y tolerancia para reconocer que a pesar de las diferencias podemos convivir y disfrutar de nuestros derechos.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué podemos hacer individualmente para convivir pacíficamente? La respuesta obligada inicia frente a la conducta que asumimos en nuestros entornos, ya sea con familiares, personal de asistencia en los quehaceres del hogar, vecinos o compañeros de trabajo, hacia quienes debemos tener la conciencia, voluntad y compromiso cada día de tener un gesto de caridad o atención.
Las múltiples ocupaciones posiblemente nos impiden estar atentos a los detalles, pero siempre es posible hacer una llamada oportuna, dar calidad de tiempo, escucha activa, buen consejo, manifestaciones que generan bienestar en la otra persona, sin necesidad de que nos represente una ayuda económica.
Sin embargo, sabemos que no podemos dar lo que no tenemos, por lo que es vital fortalecer día a día nuestra paz interior, que nos permita actuar conmayor inteligencia emocional ante los conflictos que puedan surgir en nuestro ámbito familiar, laboral o social.
Ser un agente catalizador de la beneficencia nos hace mejores seres humanos, sembrando el mejor legado que podemos dejar a nuestros descendientes.
Ayudar a los demás nos engrandece, maltratar a los demás nos empequeñece como persona.
El ser y no el tener debe ser cultivado siempre.
Nuestra capacidad de asombro no termina cuando damos lectura en las noticias de que un hombre asesinó a otro tras mandarlo a bajar la voz.Insistimos es que Manejo de Conflictos debería enseñarse como parte del currículo escolar.
La impulsividad destruye las relaciones, es por ello que ante cualquier diferencia debemos aplicar el “autocontrol”, recordando que todos los seres humanos merecen respeto y una vida libre de violencia.
Se dice que la vida nos devuelve lo que ofrecemos, por lo que amables lectores les invitamos a siempre hacer el bien, lo que constituye una fuente de paz en nuestros corazones.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_ Fondeur.
