Funestos asesinatos de suegras
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Ayer conmemoramos el Domingo de Resurrección, día en el cual los católicos nos renacen la esperanza.
Y es justamente esperanza lo que nos no puede faltar para tratar de apostar por una sociedad cada vez más justa y pacífica, en la que impere la masculinidad respetuosa a su pareja.
Lamentablemente, ocurrió diferente, la violencia de género se recrudeció en un período que debió ser de recogimiento, reflexión, prudencia, amor y paz interior.
Las noticias recogen hechos de violencia que estremecen las fibras más sensibles, a pesar de la campaña de sensibilización del Ministerio de la Mujer y otros organismos al desplegar a nivel nacional el operativo “Semana Santa Sin Violencia es Posible”.
En Santo Domingo Oeste, una señora recibió 25 estocadas de parte del ex esposo de su hija, quien también hirió a su hijastro, dejándolo en estado de gravedad.
Lo grave de este caso es que, según los reportes de la prensa, la víctima había denunciado en varias ocasiones al asesino de su madre, dado que el agresor la asediaba constantemente hasta con amenazas de muerte en notas de voz, caso que amerita una investigación del Ministerio Público.
En otro lamentable caso, utilizando también arma blanca un hombre asesinó en Puerto Plata a su concubina y a su suegra luego de una discusión, emprendiendo posteriormente la huida y en Azua otro hombre fue apresado luego de romperle la clavícula a su ex pareja.
Como podemos observar, dos suegras resultaron asesinadas en los últimos días, quienes de seguro asumieron posturas de defensa de las vidas de sus hijas y mientras tanto, se sigue la errónea práctica periodística de justificar los hechos titulando “Hombre celoso mata a su pareja”.
Recordemos que, la violencia machista es la causante de los feminicidios, tras considerar los asesinos que ellas son un objeto de su propiedad y creer erróneamente que si ella no está con él, no pueden rehacer su vida con nadie más.
Es una gran pena saber que se trata de mujeres jóvenes agredidas y asesinadas mayormente en el lugar que se suponía debe ser el más seguro: Su hogar.
Insistimos en que, la sociedad en conjunto debe reforzar la prevención de la violencia, reeducando desde la primera infancia en la igualdad de derechos y valores de respeto, empatía, solidaridad, entre otros, para fomentar la convivencia pacífica que merecemos.
¡Un alto a todo tipo de violencia contra las mujeres! El sano amor brinda paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur