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Generación de conquista
Las Huellas de Jesús
Horacio Mejía Suárez
La palabra conquista significa el logro de alguna cosa mediante gran esfuerzo, habilidad y empeño, pero lo que más se relaciona con la palabra de Dios y su mensaje por el sentido figurado en la que esta habla es lo que se logra tras un encuentro bélico, o sea lo que va relacionado a la guerra y a esta forma de conquistar.
En el libro de Josué podemos ver como Israel causó temor a los habitantes de Jericó, porque estos se habían enterado de lo que Jehová Dios de Israel venía haciendo con su pueblo tras la muy conocida salida de Israel del yugo egipcio.
Rahab era una ramera de Jericó que fue justificada por sus obras a favor del pueblo del Señor, esta mujer hizo un pacto con unos israelitas que habían sido encomendados a espiar Jericó, el convenio trataba de que ella ataría un cordón de grana en su casa para ser librada de la destrucción, y así fue. El cordón fungió como un distintivo de excepción.
El pacto del cordón de grana hizo a Rahab justa por sus obras, pues hoy el pacto de la Sangre de Cristo te santifica por su gracia, haciéndote esa santificación acepto ante el Padre, sin depender esto de tus obras, sino de su favor, porque Dios fue quien te escogió, pero es necesario que sepas que esa gracia pondrá en tu corazón disposición, que siempre te conducirá a la obediencia, lo que hará evidente que el Señor habita en ti.
Antes de conquistar Jericó Israel pasó por el collado de Aralot para que una nueva generación de hombres de guerra fuera levantada, ya que los anteriores habían muerto. Este pacto se hizo con la circuncisión que para la Iglesia hoy en día se traduce al apartamiento del corazón, y apartar su corazón a Dios es andar en su recto camino. El Señor dijo a Josué, quien lideraba a Israel que hiciera cuchillos afilados para la realización de la circuncisión. Los cuchillos debían ser afilados porque la palabra melosa (palabra que no confronta la carne) no instruye, por eso mismo el cuchillo boto es inútil para la obra y es necesario que los cuchillos sean afilados por mandato de Dios, la evangelización que tiene como principio que Cristo crezca y la carne disminuya es cuchillo afilado, lo realmente útil. Los muros de Jericó no cayeron por las vueltas, ni por los gritos del pueblo, sino por lo sucedido en el collado de Aralot.
Horacio Mejía Suárez.
Coach/Cristiano
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