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«Hacerlo bien y dejarlo saber»
ViBa La Comunicación
Vilma Batista
La esencia de las Relaciones Públicas se concentra en el principio básico del «hacerlo bien y dejarlo saber».
Esto parecería no sólo práctico y lógico para las personas y entidades que han asumido un compromiso real con la excelencia por lo que su bien hacer sería complementado con las herramientas que le permitan comunicarlo efectivamente.
Relacionarnos debería darse organicamente en el escenario ideal de que ya lo hacemos bien, enfocados a brindar el mejor servicio y/oproducto, cuidando a todos los stakeholders y asumiendo un verdadero respeto hacia el manejo de los recursos humanos, naturales y económicos que forman parte integral en los procesos que nos impactan e impactamos.
Lamentablemente existen profesionales, organizaciones y empresas que asumen erróneamente en en la disciplina de las Relaciones Públicas un atajo que les permita mostras su mejor careta y buscar ventaja y validación social para alcanzar objetivos que usualmente son insostenibles ya que su base está carcomida por el comején del engaño.
El Relacionista Público que se precie de serlo, no solo será un interlocutor oportuno que conectará los intereses comunes y construirá puentes entre las partes, sino tambien un asesor diligente a la alta dirección proponiendo acciones estratégicas para poner la casa en orden y así poderse presentar con una transparencia que en sí misma embriague a las audiencias claves y las convierta en esos multiplicadores aliados que tanto valoramos.
Es justamente en la época de la posverdad que se hace tan necesario obrar apegados a la ética para sembrar con hechos, permitiéndonos cosechar una alta valoración que predisponga positivamente a nuestros clientes internos y externos a preferirnos al sentirse parte de algo mayor que efectivamente aporta.
Aún cuando surgen conflictos, litigios y crisis que pidiesen exponer a la organización, es esa buena imágen la reserva que fungirá como plataforma que permita lograr el voto de confianza necesario para presentar argumentos válidos y articular una solución plausible en un escenario de ganar-ganar de el que se salga fortalecido.
Hay que ser antes que hacer, y hacer antes que comunicar. Si se altera la ecuación se juega a la manipulación que tarde o temprano dejará un mal sabor en el tiempo cuando lo que queremos es perfumar nuestro entorno con la verdad de nuestro buen andar.