Impulsemos la masculinidad positiva
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Destroza el corazón dar lectura a las noticias de cada feminicidio que se registra, más aún, la pena se acrecienta cuando nos enteramos que uno de los hijos fue testigo presencial del hecho.
Resulta que, el pasado viernes cuando asistí a la escuela primaria Malaquías Gil con el entusiasmo de certificar en nombre de la Fundación Vida Sin Violencia a un consejo de estudiantes como promotores de paz, la coordinadora pedagógica del centro me informa que era la madre de uno de sus estudiantes la mujer asesinada por su ex pareja en el sector Claret de esta ciudad capital.
Otra tragedia más para dos familias que causa graves traumas psicológicos a los infantes, que constituye un reto más para las autoridades, y sobretodo, otra preocupación más para una sociedad que día a día conoce de casos de violencia contra las mujeres.
Y es que, insistimos una vez más, para cambiar lo que está sucediendo debe haber un compromiso de toda la población a educar en buenos tratos y valores, impulsar y fomentar una masculinidad positiva, aquella que es capaz de respetar, de controlar sus emociones, de ser más empática, sensible, inclusiva y corresponsable.
Propicia es la ocasión para valorar el esfuerzo que realizó el Departamento de Atención a la Mujer y Violencia Intrafamiliar de la Policía Nacional, que preside la General Celeste Yanet Jiménez Cabral, junto a nuestra entidad, para sensibilizar a cerca de 380 miembros de esa institución del orden en masculinidad positiva.
En una valiosa conferencia ofrecida por el doctor Luis Vergés, él destacó la importancia de mejorar los vínculos afectivos, cambiando el modelo autoritario por el igualitario e incorporando el cariño ofrecido a la niñez sin importar que sea hembra o varón.
Asimismo, expuso sobre la necesidad de disociarnos de la violencia, aprendiendo a manejar el enojo y las frustraciones y aprovechando la inteligencia para el manejo de los conflictos.
Vergés además resaltó que, la población masculina ha de estar más consciente de sus deberes, obligaciones y derechos como esposo y padre, tomando medidas previsoras en la educación, vivienda, salud y alimentación, compartiendo tareas de cuidado y mejorando actitud ante el auto cuidado.
Sabemos que los cambios vienen de tomar conciencia y adoptar voluntad para transformar creencias, actitudes y comportamientos, de ahí que, como sociedad necesitamos continuar estimulando a que hombres y mujeres nos relacionemos con más respeto y solidaridad, recordando la igualdad de derechos que constitucionalmente tenemos.
En definitiva, si deseamos familias más sanas, unidas y pacíficas tenemos que velar por impulsar la masculinidad positiva. Una tarea que nos corresponde a todos.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur