Irse en rojo, parte de la cotidianidad
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
Manejar en República Dominicana se ha vuelto una de las actividades del día más tediosas, se asemeja al tránsito en India.
Bullicioso, extremadamente congestionado, con más vehículos que lo que nuestras calles pueden manejar, así conducimos.
Si a todo eso sumamos el hecho de lo imprudente que se ha vuelto el conductor, es de esperarse que muchas cosas ocurran en la vía.
Lo que he observado es que se ha hecho cotidiano que mientras se espera en un semáforo algunos se van en rojo.
Esperar desespera es cierto, no es fácil cuando se tienen que cumplir con los compromisos del horario.
Pero, qué se gana con irse en rojo? Es increíble que ante esta práctica son muchos los que se han hecho de la vista gorda.
Ya casi se ve como algo normal que conductores de motocicletas y carros se vayan en rojo, pero que peligro tan inminente representa esta conducta.
En nuestro país para poder organizar mejor el tránsito y que las cosas marchen como es debido, tiene que haber un régimen de consecuencias que funcione.
Nadie puede estar violentando las señales de tránsito a su antojo, porque son muchos los problemas que esto ocasiona.
Los accidentes de tránsito existen a cualquier hora del día no importa la intersección, y qué podrá reclamar o qué problema podría ocasionar aquel que se vaya en rojo.
Tenemos que hacer un examen detallado de la psiquis del que maneja, porque violentar una señal de pare en rojo, es provocar un accidente de envergadura.
Hay muchas personas que quieren su vida que andan en las vías, y que no merecen encontrarse con un problema por aquellas personas que adrede incumplen.
Quien se vaya en rojo no solo conlleva una multa, también es recomendable retenerle la licencia o el vehículo en el que transita, porque está más que comprobado que no está apto para manejar.
Es cierto, en las calles hay muchos vehículos, pero se hace necesario depurar cuales sí y cuales no pueden andar transitando en las calles de nuestro país.
Pienso y Luego Escribo: A falta de conciencia, medidas drásticas.