Juana, Fátima y Leónidas: Feminicidios en noviembre
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Cada día nuestra sociedad dominicana despierta con la consternación que provoca la tragedia de una mujer asesinada por su pareja o ex pareja, provocando indignación, desesperanza y desaliento ante los esfuerzos de poder convivir pacíficamente.
En los días que va de este mes noviembre, en que múltiples instituciones y organizaciones realizan esfuerzos destinados a fomentar la unión y la armonía en las familias y a seguir concienciando para erradicar la violencia contra las mujeres, ya han ocurrido tres feminicidios íntimos.
Se trata de los asesinatos de Juana Domínguez Salas, Fátima Guzmán y Leónidas Mieses, de 33, 40 y 39 años respectivamente.
Las tres no tan solo deben ser cifras que aumentan las estadísticas de muertes por feminicidios, eran madres dominicanas, mujeres con deseos de vivir, con derechos a una vida libre de violencia, con sentimientos, familias y sueños por realizar.
Las tres en una ocasión creyeron en el amor, en haber encontrado un compañero que las respetaran como merecían, con quien compartir alegrías, complicidades, propósitos y penas, con quien mantener la armonía de su hogar y resolver los problemas del diario vivir por la vía del diálogo.
Las tres llegaron a crear conciencia de que vivían en una relación tóxica por los malos tratos que recibían de sus parejas y con valentía decidieron no seguir con sus verdugos.
Las tres buscaron ayuda de las autoridades para ser protegidas y de una u otra manera el sistema les falló, nos las protegió, a sabiendas de que antes ellas habían sufridos intentos de asesinatos de sus agresores.
Las tres vivieron momentos violencia no sólo física, sino emocional con angustias, ansiedad, miedo, vergüenza, sin contar que de seguro vivieron violencia sexual o económica.
Las tres, con su partida del plano terrenal a destiempo, dejaron tristeza, dolor, destrucción emocional en sus familias que el tiempo no borrará e indignación en toda la sociedad que cada día contempla la inseguridad como parte de la cotidianidad con la cual convivimos.
Las tres procrearon 9 hijos e hijas, que han quedado en la orfandad y ya no podrán contar con sus bendiciones y cuidados cada día y la extrañaran en ocasiones especiales de su vida como en cumpleaños, día de la madre, navidad, graduaciones, bodas y nacimiento de hijos.
Juana fue asesinada a golpes por Johan Rodríguez, quien luego de haber estado preso por propiciarle nueve estocadas, llegó a un acuerdo ilegal que le permitió su excarcelación y al estar en libertad cumplió su propósito que era de acabar con su vida.
Fátima fue cruelmente asesinada por Humberto Martínez Bussi, quien le disparó en horas de la madrugada mientras dormía con una hija.
Leonidas falleció luego de recibir 11 estocadas de arma blanca por su ex pareja Salvador Tapia, quien le llevaba 24 años y se desempeñaba como bombero.
Juana, Fátima y Leonidas vivieron la misma tragedia de otras 59 mujeres que en este año han sido asesinadas no por crimen pasional, no por celos, sino por machismo, por considerar la sellos erradamente que son un objeto que les pertenecen, que no tienen derecho a rechazarlos y que deben soportar sus desconsideraciones, humillaciones y malos tratos, sin importar su sentir.
La indignación por los feminicidios no puede mantenernos desalentados, tenemos que unirnos mujeres y hombres, Estado y sociedad civil en un mismo propósito: Educar y crear conciencia de la necesidad de fomentar relaciones pacíficas, en la que prime el respeto, en la que se entienda que la violencia destruye a las personas y las familias.
Promovemos la paz cuando también demandamos de las autoridades mayor voluntad y duplicar esfuerzos para la aplicación de políticas públicas eficientes, presupuesto justo aprobación de una ley integral y compromiso permanente de todos los actores del sistema.
Recordemos siempre que, detrás de una mujer asesinada en el nombre del amor había una madre, hija, hermana, amiga, cuñada, empleada, vecina y ciudadana que tenía el derecho a vivir en paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur