La brecha de género
PsicoIdeas
Patricia Sánchez del Castillo
En el siglo XXI se dieron grandes cambios, con el las diferentes revoluciones industriales y empresariales, al igual que la entrada de la mujer en el ámbito laboral.
A través del tiempo los datos hablan, y a nivel mundial aun con el desarrollo de hoy en día se ve la preocupante “brecha de género” o como le llaman los expertos “techo de cristal” afectando la igualdad en el ámbito laboral entre hombres y mujeres.
Qué es el techo de cristal? No es más que la limitación impuesta al ascenso laboral de las mujeres en el interior de las organizaciones, el techo limita las carreras profesionales, siendo difícil traspasar o escalar en el área laboral.
Un ejemplo de esto es que mujeres y hombres dentro de una organización realizan las mismas tareas, cumplen el mismo horario, y no son uno ni dos los casos, donde estando tituladas y con postgrados iguales, las mujeres no logran alcanzar sueldos iguales, ni posiciones ejecutivas y mucho menos de liderazgo.
Tomando en cuenta que hoy el 96 % de las aulas de las universidades están ocupadas por mujeres, es sus diferentes profesiones como Derecho, Medicina, Psicología, Turismo, Contabilidad e incluso carreras como Veterinaria y Tecnología.
Existen estadísticas que indican que 4 de cada 5 personas que ingresan a carreras de postgrados son mujeres, y no solo a nivel nacional, sino internacional y en los departamentos de ciencias de las mejores universidades.
Los datos hablan solos, el 24% de las mujeres ocupa puestos de responsabilidad, dicha cifra va aumentando solo en un 3 %, según la Manpower Group, quienes trabajan día a día con dichos perfiles.
Aun las organizaciones entrando en la política de igualdad de género, podemos decir que es largo el camino por recorrer, poniendo en evidencia el hecho de que existe un marcado nivel de desigualdad y discriminación en la práctica de la igualdad laboral, no solo dentro de las organizaciones, también la tasa de índices de desempleo son más altas para las mujeres.
Son muchas las mujeres y jóvenes millennials que tienen que cambiar de empleos, que pagar un tiempo de “ser novatas”, demostrar el doble para poder entrar o escalar en el mundo laboral, sin ser valoradas por sus estudios, habilidades, tareas ejecutadas, empeño y constancia por mantener su puesto laboral, ni con salarios emocionales, ni salario a per se, en comparación con los hombres.
Lo correcto sería tener igualdad de oportunidades, y condiciones laborales, sin cegarnos por el imperante interés de una lucha por igualdad, o en busca del sexo superior, por una carga cultural, cuando podríamos encaminarnos en diferentes o en las mismas ocupaciones, para el desarrollo y bienestar organizacional, personal y familiar.
Sin olvidar que “la mujer tiene sólo un camino para superar al hombre: ser cada día más mujer”, frase de Ángel Ganivet.
Patricia Sánchez del Castillo
Psicóloga Industrial
Maestría en Gerencia de Recursos Humanos