La Comunicación Política y su evolución en la llamada post-verdad
ViBa La Comunicación
Vilma Batista
Hoy compartiremos sobre una de las aristas que más me apasionan en este oficio: La Comunicación Política y su evolución en la llamada post-verdad a propósito del ´lanzamiento´ de las candidaturas con miras a las elecciones presidenciales del 2020.
Históricamente en nuestro país, el oficialismo y la oposición viven en campaña permanente, aun así sentimos cierta sorpresa por la salida a destiempo de varios actores que, basado en encuestas encargadas al momento, marcaron su posición sobre la oportunidad de tal o cual candidato, ya sea para retomar o retener el timón gubernamental.
A solo un año del segundo mandato de Presidente Medina y con tres más por delante, este fogaraté político podría atribuirse al contexto de la post-verdad, buscando remenear las emociones de la opinión pública, asumiendo que prefieren un cuento antes que las opiniones basadas en la realidad de los hechos.
La post-verdad asumida como propaganda moderna apela a modelos de comunicación que se redimensionan con las Redes Sociales, aliados perfectos ya que solo con un mensaje, una afirmación, una foto adulterada o un documento falso que circule, se abre la brecha para que rumores se conviertan en verdades coyunturales, dejándonos con la disyuntiva de a qué o quién le creo.
Puede ser muy seductor para un seudocandidato asumirse protagonista de la verdad sesgada, basada en porciones convenientes que buscan manipular los ánimos políticos bajo la apariencia de hechos, que no lo son.
La intervención de la Junta Central Electoral (JCE), indicando a los partidos políticos el cese de sus promociones electorales, y en medio de la definición de la muy necesaria Ley de Partidos, obliga a los personajes a reinventarse a si mismos desde la propuesta-discurso-acción, más alla de jugar al descrédito mutuo y proselitismo clásico.
Un referente valido es la premisa de Mario Riorda sobre la importancia de entender que pasó en el tiempo, mirando los niveles de aprobación para saber si un gobierno comunica bien o mal, tomando en cuenta que la comunicación gubernamental no tiene puntos de llegada, sirve es una institución propensa a la crisis permanente por lo que hace, por lo que no hace o por lo que hacen otros.
El ánimo social actual marcado por la Marcha Verde, muestra la oportunidad de hacer vida política propositiva y agregar valor al comunicar creativamente el buen hacer que pauta lo activista de cada parcela para posicionarse hacia la meta de la carrera electoral 2020.
La autora es una joven experta en Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas, con más de 15 años al servicio del sector público-privado.