La crianza positiva es elemental para convivir en paz
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Desafortunados e inaceptables las estadísticas de que el 64 por ciento de los niños y niñas del país sufren disciplina violenta, algunos de ellos de manera severa, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enhogar) dada a conocer la pasada semana por la representante de Unicef en el país.
Amables lectores, preguntémonos ¿Cómo puede ser posible convivir en paz, si seguimos con creencias y comportamientos de que a través de los malos tratos es que podemos disciplinar a nuestros infantes?
Bien sabemos que, los niños, niñas y adolescentes que son sometidos a acciones abusivas, terminan asimilándolas como normal y replicándolas en su vida futura frente a sus parejas y entorno familiar.
Desde este espacio de promoción de paz siempre insistiremos en que, para educar no es necesario maltratar y que la violencia genera mucho más violencia.
Si queremos convivir en una sociedad pacífica, tenemos que centrar los esfuerzos en promover la crianza positiva, basada en el respeto y el amor, con límites claros y definidos, en la que se estimule más y se reproche menos y en la que no se recurre ni emplea ningún tipo de agresión física, psicológica para corregir una conducta inadecuada.
Los hijos e hijas deben sentirse aceptados, queridos y protegidos por sus progenitores o tutores, jamás humillados, denigrados, comparados ni agredidos, irrespetando sus derechos humanos y afectándoles su autoestima que los hace más vulnerables a la violencia.
De acuerdo a los datos ofrecidos por la referida encuesta, un 4 por ciento de nuestros infantes reciben castigos severos y el 50 por ciento agresión psicológica.
En las escuelas hemos escuchados testimonios de niñas que decían que su padre les pegaba con una manguera, en razón de que no le creía que hablaba la verdad y otra que su madre le decía que “no servía para nada”, en otros muchos casos.
Permítanme enunciar las pautas y consejos de los especialistas para fomentar la crianza positiva de nuestros hijos e hijas:
- Predicar con el ejemplo diariamente;
- Mantener la comunicación asertiva;
- Dedicarles tiempo de calidad;
- Reconocerles las fortalezas y habilidades;
- Estimular su autoestima;
- Establecer límites claros y ser perseverantes en la disciplina;
- Corregir sin violencia conforme a su edad;
- Evitar etiquetarlos;
- Demostrar respeto y amor incondicional por encima de una conducta inadecuada; y
- Enseñarles a reconocer sus emociones y a regularlas.
No cabe la menor duda de que los infantes que son aceptados, amados y estimulados tienen un desarrollo emocional más pleno y feliz, relacionándose empáticamente con los demás.
Educar con crianza positiva definitivamente contribuye a formar mejores seres humanos que construyan familias y sociedades más pacíficas, justas y respetuosas.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violenta.
@Yanira_Fondeur